“La delegación de la UE en Bolivia expresa su profunda preocupación por la escalada de tensión diplomática que se ha saldado con la declaración de persona non grata de la encargada de Negocios y del encargado de la sección consular de la embajada de España, medida que rechaza”, ha declarado este martes la representación en un comunicado emitido en su cuenta de Facebook.
La autoproclamada presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, expulsó el lunes a dos diplomáticos españoles y a la embajadora de México en La Paz (la capital administrativa boliviana), y les dio un plazo de 72 horas para salir de Bolivia. En respuesta, el Ministerio español de Asuntos Exteriores decidió, por su parte, expulsar a tres diplomáticos bolivianos radicados en España.
En tanto, Karen Longaric, la canciller del ejecutivo de Áñez, justificó la expulsión de los diplomáticos españoles alegando que esas personas “violaron” las normas, tanto nacionales como internacionales, con su visita a la residencia de la embajadora mexicana, afirmación sobre la que discrepan ambos gobiernos.
Según el texto, la delegación de la UE en Bolivia señala que la expulsión de los diplomáticos es una medida extrema y urge al gobierno de facto del país andino a que envíe, a la mayor brevedad posible, una explicación sobre la solicitud de que funcionarios de la embajada de España dejen la nación sudamericana.
“La expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad. El pleno respeto a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y el diálogo son fundamentales para reducir la tensión”, recalca la nota, antes de manifestar su “firme deseo” de que “esta situación se supere con celeridad y que las tradicionales y excelentes relaciones de Bolivia con todos los Estados miembros y la UE se restablezcan”.
El Gobierno español sostuvo que la visita de la encargada española de Negocios, Cristina Borreguero, a la residencia de la embajadora mexicana fue “de cortesía” y negó profundamente que pudiera tener como objeto facilitar la salida de las personas que se encuentran asiladas en aquellas dependencias.
Bolivia y México mantienen una constante tensión diplomática desde que el depuesto presidente boliviano, Evo Morales, fuera acogido por el Gobierno mexicano tras renunciar a la Presidencia y denunciar un golpe de Estado en su contra.
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