Por: David Miller *
Lo que a menudo se entiende menos —especialmente al tratar con los sionistas— es que la diplomacia es simplemente la continuación de la guerra por otros medios. Y así sucede con el último acuerdo de “alto el fuego” logrado por la Resistencia palestina en el campo de la guerra diplomática contra el enemigo sionista.
Términos de la primera fase
La primera (y quizás única) fase del acuerdo requiere un cese de hostilidades durante el cual el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) liberará a todos los cautivos vivos, así como los cadáveres de aquellos que han sido eliminados (un total de 48 vivos y muertos), a cambio de dos mil mártires palestinos vivos que serán rescatados de las mazmorras de tortura sionistas.
Al momento de redactar este texto, HAMAS ha entregado siete cautivos al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Gaza y se espera que libere a 13 más, mientras aguarda la liberación de 2000 palestinos detenidos en prisiones israelíes bajo los términos del acuerdo.
Sin embargo, deberán seguir negociaciones más detalladas, dado que al menos otros dos mil palestinos secuestrados por la ocupación sionista podrían permanecer cautivos tras este alto el fuego.
El acuerdo también exige que los sionistas se retiren del 47 % del territorio de Gaza, aunque los funcionarios de la Resistencia palestina dudan que esta condición se cumpla.
Nadie tiene la ilusión de que los sionistas cesarán el fuego. Hace apenas unos días, vi humo elevarse de las cenizas de Gaza y Jan Yunis mientras los sionistas aterrorizaban a las familias palestinas desde el cielo, probablemente utilizando los helicópteros de ataque Apache AH-64 de Boeing, como suelen hacer.
Es ese mismo Boeing que fue recientemente obsequiado con 96 000 millones de dólares por Qatar Airways; 14 500 millones por Etihad de Abu Dhabi, y 37 000 millones por el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí en nombre de Riyadh Air.
Donald Trump acaba de promocionar la firma presencial del acuerdo, mientras que los cuatro extremistas judíos que controlan materialmente los detalles del acuerdo para los sionistas —Steve Witkoff, Jared Kushner, Benjamín Netanyahu y su principal asesor Ron Dermer— otorgaron bendiciones plenas al tratado y al genocidio que lo precedió durante una reunión del gabinete en Tel Aviv.
La presencia de Witkoff y Kushner en una reunión del gabinete sionista en la ocupada Al-Quds (Jerusalén) no deja lugar a metáforas. No es de extrañar que hoy los estadounidenses estén llegando a la tardía comprensión de que su Imperio ha sido dirigido por y para intereses supremacistas judíos durante varias décadas.
Una victoria para la Resistencia palestina
A pesar de todo este alarde, la guerra continuará, y posiblemente se expanda, ya que Netanyahu no podrá enfrentar a sus rivales políticos domésticos ni la presión interna dentro de la entidad sionista tras una derrota diplomática tan contundente, basada en los términos acordados por la Resistencia palestina victoriosa en El Cairo bajo la mediación catarí y la coerción egipcia y turca.
Representantes turcos y egipcios han presionado reiteradamente a la Resistencia palestina para que capitule, se desarme y ponga fin a su lucha contra la colonización sionista desde la cumbre de la Asamblea General de la ONU el mes pasado, durante la cual el régimen Trump coaccionó a los estados mayoritariamente musulmanes a comprometerse con la sionización en sus propios países.
El acuerdo es, como han señalado algunos palestinos en Gaza, el resultado de la “lucha y firmeza palestina” que ha sobrevivido a dos años de genocidio contra todo pronóstico, bajo las bombas y la complicidad del mundo entero. La libertad de los mártires vivos es su logro por encima de todo, aunque es probable que los sionistas apunten inmediatamente a los prisioneros palestinos liberados para asesinarlos.
El acuerdo también representa un gran éxito para la estrategia qatarí como mediador principal, que ha equilibrado delicadamente las demandas genocidas de la entidad sionista y su titiritero en la Casa Blanca, por un lado, y por otro, la urgente necesidad de mitigar el sufrimiento indescriptible del pueblo palestino y liberar a miles de palestinos retenidos en las mazmorras de tortura sionistas.
La Resistencia palestina siempre ha colocado la liberación de los rehenes palestinos a cambio de los invasores sionistas capturados en la cima de la agenda, y ha condicionado todas las demás cláusulas a este punto y al fin que parece traducirse al hebreo como una mera desaceleración del genocidio.
Al menos, las ruedas están en marcha para cumplir con una de estas condiciones.
Resistencia unificada
También ha sido crucial para la Resistencia palestina garantizar que los rehenes liberados de la cautividad sionista provengan de un amplio espectro de movimientos sociales palestinos, sin exclusión de ninguna facción o individuo.
HAMAS negocia en nombre de Palestina misma porque representa a Palestina —electoralmente, militarmente, diplomáticamente y en términos de composición social. Pero no está solo en la mesa palestina.
Sus delegados han estado acompañados en esta ronda de negociaciones por representantes de otras facciones de la Resistencia, incluyendo la Yihad Islámica Palestina, cuyos combatientes de Brigadas Al-Quds han sido vitales para el esfuerzo bélico palestino durante dos años, y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), cuyas Brigadas Abu Ali Mustafa también han desempeñado un papel en el enfrentamiento con el fuego sionista.
El sucesor de Abu Ali Mustafa como secretario general del FPLP, Ahmad Saadat, también conocido como Abu Ghassan, es uno de los palestinos de alto perfil cuya liberación exige la Resistencia.
Los sionistas le atribuyen la venganza por el martirio de Abu Ali Mustafa al supervisar la eliminación del sanguinario sionista y defensor de la limpieza étnica palestina, entonces ministro de turismo sionista Rehavam Ze’evi, fundador del Partido Moledet, en una operación legendaria en 2001 en Al-Quds ocupada.
Otro de los reconocidos prisioneros palestinos retenidos en las mazmorras sionistas es Ibrahim Hamed, un comandante militar de HAMAS de Cisjordania ocupada que ha supervisado muchas operaciones significativas de las Brigadas Al-Qassam para liberar los territorios palestinos ocupados.
Los sionistas le atribuyen la eliminación de 96 agentes del régimen y heridas a otros 400 durante la Segunda Intifada. Al estilo típico, las agencias militares sionistas se han quejado de que Hamed no puede ser liberado como parte de este acuerdo porque es “el próximo Yahya Sinwar”.
Naturalmente, “fuentes superiores” presuntamente del Shin Bet (gencia de espionaje interna de Israel) no perdieron tiempo en informar al propagandista sionista favorito Nadav Eyal que Hamed es en realidad “dos o incluso tres Yahya Sinwar”.
No cabe duda de que en poco tiempo se le culpará de ochenta y ocho atentados como el 11 de septiembre, y se dirá que vale 6 mil millones de dólares, acompañado de imágenes borrosas de un bolso de cuero turco supuestamente fabricado por Hermès.
Un prisionero de alto perfil que los sionistas ya se han negado a liberar —y que el alto funcionario de HAMAS Musa Abu Marzouq afirma que su partido insiste en liberar mediante este acuerdo— es el ícono de Fatah Marwan al-Barghouti, quien ha pasado tres décadas encarcelado a manos de los sionistas y ha sido considerado un posible candidato presidencial unificador en toda Palestina.
Puntos conflictivos
La negativa sionista a liberar a Barghouti, Hamed y Saadat constituye un indicador temprano de lo difícil que será cumplir con la primera fase del acuerdo, que es la única fase a la que la Resistencia está dispuesta a comprometerse. Las siguientes fases del propuesto “plan de paz Trump” son demasiado escandalosas e insultantes para siquiera considerarlas, y equivalen a una sionización plena y eterna de Palestina (y, por extensión, del resto del mundo) bajo una Pax Judaica.
Los supremacistas sionistas han sobreestimado su influencia sobre la Resistencia palestina si creen que pueden exigir capitulación y desarme como lo hicieron en el Líbano. Pero ya están trabajando profundamente dentro de Gaza para sionizar a los palestinos sin el consentimiento de la Resistencia.
Tomemos el ejemplo del Dr. David Hasan, neurocirujano de Carolina del Norte que busca adoctrinar a 20 000 huérfanos palestinos hambrientos con ayuda en una mano y un “currículo amigable con Israel” en la otra, a través de su mórbido proyecto “Aldea de los Niños de Gaza”.
La Resistencia actualmente está ocupada en erradicar las bandas vinculadas a Daesh de Yasser Abu Shabab, usadas por el régimen sionista como subcontratistas para violaciones, torturas y ejecuciones dentro de Gaza durante el genocidio, pero con el tiempo sin duda también abordará esos programas de sionización y sus coordinadores con igual vigor.
Esto generará fricciones mientras Kushner, extremista de Jabad obsesionado personalmente con sionizar Asia Occidental y lograr un imperio judío hegemónico, permanezca al lado de Donald Trump.
También está la vía más obvia que probablemente tome Netanyahu para frustrar cualquier avance: recuperar a los colonos sionistas detenidos como prisioneros de guerra por la Resistencia y luego continuar la guerra en Gaza en lugar de retirarse.
Netanyahu está más cerca que nunca, y más cerca que cualquier otra figura en la historia, de instaurar una Pax Judaica — una transferencia completa de la hegemonía global de Estados Unidos a la entidad sionista.
En la poco probable eventualidad de que los estados mayoritariamente musulmanes se nieguen a sionizar como parte de este “plan de paz” negociado por Kushner, él y Netanyahu (a quien conoce como figura paterna desde su infancia) simplemente seguirán adelante para imponer la sionización a punta de pistola.
* David Miller es productor y coanfitrión del programa Palestine Declassified de Press TV. Fue despedido de la Universidad de Bristol en octubre de 2021 debido a su defensa de Palestina.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.