Por Maryam Qarehgozlou
Los reconocimientos de la Unesco y las exhibiciones en museos internacionales confirman la excelencia artística de Fars, su artesanía sostenible y su atractivo en los mercados globales.
Las alfombras qashqai, tejidas de memoria con tintes naturales, simbolizan el patrimonio tribal y sostienen las exportaciones pese a las presiones económicas externas.
La provincia sureña de Fars, con su rica historia, su diversidad climática y su dinámica población rural y tribal, se erige como uno de los centros artesanales más célebres de Irán.
Artes como el tejido de alfombras, kilims y jajims, la pintura en miniatura, la marquetería (Jatamkari), la talla en madera, la alfarería, la cestería y la cerámica tienen raíces profundas en distintas regiones de esta provincia.
Estas artesanías no solo reflejan la identidad cultural de las comunidades locales, sino que también representan un tesoro económico tanto para la provincia como para el país.
Las artesanías de Fars tienen el potencial de impulsar el crecimiento económico nacional y regional, generar empleo, aumentar las exportaciones y, al mismo tiempo, preservar el patrimonio cultural de Irán.
De las 460 disciplinas artesanales reconocidas en el mundo, 370 están activas en Irán, y Fars, por sí sola, acoge 120 de ellas, lo que da cuenta de su enorme potencial.
La diversidad de las artesanías provinciales —desde las formas tradicionales hasta las más innovadoras— ofrece un valor estético y comercial único. El uso de motivos locales y colores inspirados en la naturaleza realza su atractivo en los mercados internacionales.
Reconocimiento mundial a la excelencia artística
En 2019, Shiraz, la capital de la provincia de Fars, fue nombrada Ciudad Mundial de la Artesanía por el Consejo Mundial de Artesanías.
La ciudad es reconocida por la variedad de sus artes, entre ellas la marquetería (Jatamkari), la talla en madera, la fabricación de azulejos, el tejido de kilims y alfombras, la elaboración tradicional de vidrio y la cerámica.
Abadeh, otra ciudad de Fars, fue designada Ciudad Mundial de la Talla en Madera en 2018 debido a su legado histórico y al gran número de artesanos y talleres especializados en este oficio tradicional.
Utilizando madera de nogal y peral de alta calidad, los artistas de Abadeh crean muebles, paneles decorativos, cajas y utensilios.

Sus intrincadas piezas incluso se exhiben en museos de prestigio mundial, como el Victoria and Albert Museum de Londres.
Más allá de estas dos ciudades reconocidas a nivel internacional, la provincia de Fars también cuenta con cuatro localidades y aldeas registradas a nivel nacional por su especialización en artesanías tradicionales como los tejidos, la elaboración de giweh (calzado hecho a mano), la cestería y el tejido de rand.
Estas designaciones locales han abierto el camino para una mayor creación de empleo, generación de ingresos, expansión de las exportaciones y desarrollo del turismo cultural.
La provincia de Fars también ha ganado prestigio gracias al Premio de Excelencia de la Unesco para las Artesanías, un reconocimiento distinguido que valora la maestría, la creatividad y la autenticidad cultural.
En marzo, la Organización de Patrimonio Cultural, Turismo y Artesanías de Fars anunció que tres artistas locales —Saharnaz Lafti (talla en madera), Karim Azargasht (fabricación de instrumentos tradicionales) y Nazem Mohamadi Kashkuli (tejido de kilim)— recibieron el Sello de Excelencia internacional de la Unesco.
Entre 2021 y 2023, los artesanos de Fars obtuvieron 23 sellos de la Unesco, lo que refuerza la prominencia global de la provincia y contribuye a la promoción de sus productos en los mercados internacionales.
Estos reconocimientos no solo confirman el valor artístico de las artesanías de Fars, sino también su coherencia con los principios de producción sostenible y auténtica.
Exportaciones y empleo
Según la Organización de Patrimonio Cultural, Turismo y Artesanías de Fars, las exportaciones de artesanías y joyería tradicional alcanzaron los 3,7 millones de dólares entre 2021 y 2023, con destinos como Catar, Italia, Alemania y Rusia.
En los primeros ocho meses de 2024, Fars exportó artesanías por un valor de 587 243 dólares, mientras que se generaron 1500 nuevos empleos en el sector.
Estas cifras ponen de relieve cómo las artes tradicionales desempeñan un papel activo en el fortalecimiento tanto de los medios de vida locales como de la economía no petrolera en general.
El orgullo de Fars: las alfombras qashqai y el patrimonio textil
Entre las artesanías más reconocidas de Fars se encuentran las alfombras tribales qashqai, célebres por sus patrones geométricos, sus audaces paletas de colores y sus diseños perfectamente equilibrados.
Los principales centros de producción incluyen Shiraz, Abadeh, Firouzabad y Neyriz.
En la tradición qashqai, los hombres esquilan la lana y construyen los telares, mientras que las mujeres hilan el hilo, seleccionan tintes naturales —como la rubia, el índigo y la cáscara de granada— y tejen las alfombras completamente de memoria, sin utilizar patrones dibujados previamente.
Cada pieza es única, y el oficio se transmite de generación en generación, de madres a hijas.
Los motivos suelen reflejar la vida nómada y el simbolismo cultural, convirtiendo cada alfombra en una historia tejida.

Entre las alfombras qashqai, la variedad Kashkuli ocupa un lugar especial.
Su fama trasciende las fronteras de Irán: el diván de consultas de Sigmund Freud, por ejemplo, estaba adornado con una alfombra qashqai.
Hoy en día, estas alfombras se conservan en prestigiosos museos como el Hermitage de Rusia, el Victoria and Albert Museum de Londres, el Art Institute de Chicago, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y el Museo Nacional de la Alfombra de Irán.
En 2010, las “Técnicas tradicionales del tejido de alfombras en Fars” fueron inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Esta inclusión reconoció no solo la maestría técnica de los tejedores locales, sino también la profundidad cultural que encierra cada pieza tejida a mano.
Según la Organización de Industria, Minería y Comercio de Fars, el 20 por ciento de las alfombras tejidas a mano de Irán son producidas por 174 000 artesanos en esta provincia, y el 80 por ciento de ellas se exporta.
El Bazar Vakil de Shiraz, uno de los centros comerciales más antiguos de Irán, sigue siendo un punto clave para este arte floreciente.
Junto con las alfombras, los kilims, jajims y tejidos similares a tapices se producen ampliamente en toda la provincia, especialmente en las zonas rurales y nómadas.
Las piezas textiles más pequeñas, como tapices y tejidos decorativos, también están encontrando su lugar en los mercados de exportación.
Las artesanías de Fars —en especial las alfombras, los kilims y otros textiles— no son solo tesoros artísticos, sino también activos económicos fundamentales.
Los datos recientes de exportación demuestran que, pese a las presiones externas, como las sanciones unilaterales, la provincia ha seguido generando divisas, manteniendo el empleo y ampliando su presencia internacional.
Según los expertos, si el desarrollo continúa con estrategias adecuadas —centradas en la mejora de la calidad, el diseño innovador, la creación de marcas, el marketing digital y políticas de apoyo efectivas—, las exportaciones artesanales de Fars están destinadas a seguir creciendo, profundizando su impacto positivo tanto en la economía local como en la nacional.