“Israel había incurrido en un costo muy alto y cruel esta noche tras el ataque con arma blanca en la ciudad central de Elad”, aseveró Bar-Lev el jueves, antes de subrayar que que la policía, el servicio de seguridad interna Shin Bet y el ejército israelí estaban persiguiendo a asaltante o asaltantes que llevaron a cabo la operación, asegurando que los arrestarían vivos o muertos.
Por su parte, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, y el ministro de asuntos militares de Israel, Benny Gantz, prometieron arrestar al autor o autores de la operación y afirmaron que “pagarían un alto precio” por su acción.
Gantz anunció la extensión del cierre en la ocupada Cisjordania y la Franja de Gaza hasta el próximo domingo.
Los funcionarios israelíes han confirmado que tres personas murieron y otras cuatro resultaron heridas en la operación palestina registrada el jueves cerca de Tel Aviv. Han recalcado que dos de los heridos se encuentran en estado grave.
Según la policía israelí, el atacante o atacantes escaparon en un vehículo del lugar de los hechos, por lo que las fuerzas de seguridad iniciaron una persecución con helicópteros y bloquearon carreteras para encontrar el vehículo. El régimen de Tel Aviv no ha proporcionado detalles sobre los presuntos autores.
Operación de represalia de Palestina, un “golpe fatal” para Israel
Al respecto, el vocero del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Abdel Latif al-Qanu, elogió la operación calificándola de un golpe fatal para el régimen sionista y sus sistemas de seguridad.
La represalia palestina se llevó a cabo luego de que las fuerzas israelíes volvieron a profanar la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén) en vísperas del 74.º aniversario de ocupación de tierras palestinas.
Los militares reprimieron a los musulmanes palestinos con bombas de sonido y gas, así como balas de metal recubiertas de goma, a fin de impedirles que entren en los patios de este sitio sagrado sagrado para realizar sus oraciones.
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