Los manifestantes expresaron su solidaridad con los africanos sin papeles y condenaron las políticas antimigrantes de Netanyahu.
Los movilizados exigieron al primer ministro israelí y a su gabinete que suspendan la deportación forzosa de los migrantes africanos.
En la actualidad, unos 40.000 refugiados eritreos y sudaneses están retenidos en el centro de detención de inmigrantes de Holot, en el desierto del Néguev (sur de los territorios ocupados). El régimen de Tel Aviv pretende cerrar Holot y deportar a los migrantes retenidos ahí.
El lunes, Netanyahu canceló un acuerdo con las Naciones Unidas para reubicar a los migrantes africanos en países occidentales porque el pacto permitía que muchos de los indocumentados se quedasen.
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