“Hoy en día los países árabes se encuentran en una débil posición y ya no pueden ejercer influencia ni tienen un papel eficaz en la solución de los asuntos y temas políticos de su incumbencia”, ha reconocido este miércoles el político egipcio en un acto en Kuwait.
De acuerdo con Al-Arabi, todos los esfuerzos de los países árabes para conseguir una alianza y fuerza militar conjunta han terminado en fracaso y que estos Estados están implicados en las divisiones y discrepancias graves que impiden trabajar en conjunto entre sí.
Hoy en día los países árabes se encuentran en una débil posición y ya no pueden ejercer influencia ni tienen un papel eficaz en la solución de los asuntos y temas políticos de su incumbencia”, asegura el exsecretario general de la Liga Árabe (LA) Nabil al-Arabi.
Al señalar que los países árabes se enfrentan a desafíos profundos, incluida la falta de una buena gobernanza que impide su desarrollo, Al-Arabi ha llamado a activar el papel de la Liga Árabe haciendo hincapié, no obstante, en que las perspectivas árabe para el futuro son sombrías.
En otra parte de sus declaraciones, en un reproche al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), ha denunciado que los intereses políticos de las grandes potencias y el uso del derecho de veto están obstaculizando el desempeño de este órgano internacional a la hora de ejercer sus responsabilidades, paralizándolo completamente, por lo que ha abogado por el cambio de este enfoque.
En varias ocasiones, la Liga Árabe, secundado las políticas de potencias hostiles, asume un rol devastador contra los países musulmanes. En 2011 la LA echó a Siria de su seno "por no haber facilitado una solución política a la crisis siria". Damasco tachó de ilegal la medida del ente y una evidencia de que ejecutaba las “agendas estadounidenses y occidentales”.
Asimismo, algunos miembros de LA, entre ellos Arabia Saudí y Catar, brindan apoyos a los grupos terroristas que operan en Siria desde 2011.
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