Con el fin de luchar contra la “grandiosa expansión de la influencia regional de Irán”, Arabia Saudí se ha aliado con grupos designados por ciertos países árabes y occidentales como organizaciones “terroristas”, explica un artículo publicado en la revista estadounidense Foreign Policy Journal.
El artículo, fechado el 23 de septiembre, afirma que las cooperaciones entre Riad y Al-Qaeda en Yemen se enraízan en el hecho de que ese país árabe es “un importante campo de batalla” contra la influencia regional iraní.
Sin embargo, considera que esta estrategia saudí de unirse con una variedad de grupos suníes yemeníes “está complicando la relación ya fría del reino con Washington”, puesto que el país norteamericano intenta atacar posiciones terroristas en Yemen.
La unión saudí-terrorista, agrega el informe, se puso de manifiesto el pasado mes de junio cuando el dimitido gobierno yemení eligió a Abdel-Wahab Humayqani, un “Terrorista Global Especialmente Designado”, como uno de sus representantes en los diálogos de Ginebra (Suiza) sobre la crisis yemení.
“En diciembre de 2013, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a Humayqani como “Terrorista Global Especialmente Designado”, habiendo supuestamente servido como reclutador y financista de Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP) y de haber orquestado un atentado con coche bomba en marzo 2012 que tenía como objetivo la base yemení de la Guardia Republicana, matando a siete”, detalla el reporte.
De acuerdo con Foreign Policy Journal, esta alianza también se refleja en el hecho de que los bombardeos saudíes contra el territorio yemení hayan evitado totalmente las posiciones de Al-Qaeda en el territorio yemení.
Como indica el informe, otro de los motivos de Arabia Saudí para unirse a Al-Qaeda puede consistir en el “valor estratégico” de tal alianza en hacer frente al apoderamiento y la expansión del grupo terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe) en el territorio yemení.
El 26 de marzo, Arabia Saudí emprendió una campaña militar contra Yemen, sin el aval de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero con luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar el poder del dimitido y prófugo presidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
En este contexto, Riad ha ofrecido, en reiteradas ocasiones, ayudas y equipamientos militares a sus mercenarios en Yemen y a terroristas de Al-Qaeda.
De acuerdo con un reciente informe de la Coalición Civil de Yemen, las operaciones bélicas de Riad en Yemen, reforzadas por apoyos extranjeros, han dejado al menos 6090 yemeníes muertos —entre ellos, 1698 niños y 1038 mujeres—, y unos 13.552 heridos.
Aun con todo, las fuerzas yemeníes han contrarrestado y asestado duros golpes a sus enemigos. Hace dos semanas se produjo una potente explosión en un depósito de municiones de una base militar saudí de la región petrolera de Safer, a unos 250 kilómetros al este de Saná, debido al impacto de cohetes lanzados por Ansarolá. En la ofensiva murieron al menos 300 soldados extranjeros que luchaban contra Yemen.
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