Irán “es el último en poder acusar a otros de apoyar el terrorismo”, así lo afirmó el sábado un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores saudí en declaraciones a la agencia oficial SPA.
Irán es el último en poder acusar a otros de apoyar el terrorismo”, así lo afirmó un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores saudí
Con estas palabras, el diplomático saudí reaccionó ante las declaraciones del portavoz de la Cancillería de Irán, Husein Yaber Ansari, quien criticó duramente la ejecución del prominente clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr por Riad realizada el sábado.
Yeber Ansari denunció que el régimen de Al Saud “habla con sus críticos internos con un lenguaje de ejecución y represión mientras apoya a los terroristas y los extremistas takfiríes”, al tiempo que reiteró al reino árabe de las consecuencias de su “política improductiva e irresponsable”.
El portavoz del Ministerio saudí del Interior, Mansur al-Turki, tildó el sábado de “irresponsables” estas declaraciones y manifestó que Riad “no se preocupa por lo que piensan los demás”.
En la misma jornada de sábado, el Ministerio saudí de Exteriores convocó al embajador iraní en Riad (capital saudí) para trasladar su queja por las críticas iraníes a las “disposiciones legales” adoptadas por el reino, en referencia a la ejecución de Al-Nimr. Por su parte, Teherán también convocó al encargado de negocios saudí.
Al-Nimr fue detenido en julio de 2012 y condenado a la pena capital el 15 de octubre de 2014 por apoyar las protestas antigubernamentales, defender los derechos de los prisioneros y desobedecer a la familia real que rige el país árabe.
La ejecución del destacado fue duramente criticada por grupos pro derechos humanos y desató ira y las protestas entre las comunidades chiíes de toda la región.
Amnistía Internacional (AI) señaló que las ejecuciones demuestran el “absoluto desprecio por los derechos humanos y la vida” de las autoridades saudíes y consideró la ejecución de Al-Nimr como “política y manifiestamente injusta”.
Asimismo, la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) calificó la medida de “otra mancha” en el historial de derechos humanos saudí.
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