“Los Al Saud buscan desviar la atención de la opinión pública de la región y del mundo del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de ese país (Arabia Saudí)” en la ciudad de Estambul (Turquía), ha explicado este martes el general de brigada Ebrahim Kosari, comandante adjunto de la base Sarallah del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
Con este comentario, el comandante iraní aludía a la medida de Arabia Saudí y Baréin, en coordinación con EE.UU., de incluir en la lista de “terroristas” al Cuerpo de Guardianes y al comandante de las Fuerzas Quds del CGRI, el general Qasem Soleimani, militar iraní de alto rango conocido por su crucial papel en la lucha contra los grupos terroristas en Irak y Siria.
“Arabia Saudí, debido al asesinato de Khashoggi, se ha quedado atrapada en una ciénaga, de la que no podrá salir fácilmente”, y sus medidas no son sino “una huida hacia adelante”, explica el alto mando militar iraní.
No obstante, destaca el general Kosari, los esfuerzos de Riad para alejar a la opinión pública del caso Khashoggi son vanos, ya que el mundo conoce muy bien la verdadera cara del régimen saudí. “Los líderes saudíes no pueden eludir su responsabilidad en ese delito y deben responder por sus acciones”, insiste.
Los Al Saud buscan desviar la atención de la opinión pública de la región y del mundo del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de ese país (Arabia Saudí)” en la ciudad de Estambul (Turquía), ha señalado el general de brigada Ebrahim Kosari, comandante adjunto de la base Sarallah del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.
La matanza de Khashoggi, precisa el general Kosari, es solo uno de los crímenes cometidos por la monarquía de los Al Saud, un régimen que masacra a los niños yemeníes y es el principal patrocinador del terrorismo en la región.
Khashoggi fue asesinado el pasado 2 de octubre tras adentrarse en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul. Tras más de dos semanas de negación, Riad admitió el sábado que el periodista murió en la legación diplomática saudí en “una pelea”.
Las autoridades turcas, desde el principio, aseguraron que tenían pruebas del asesinato de Khashoggi. Este martes, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que, según las pruebas, “Khashoggi fue asesinado de manera salvaje. (…) Sin lugar a dudas, el crimen fue planificado”.
El periodista vivía en el exilio desde 2017 en Estados Unidos por sus críticas al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, responsable de facto de la guerra saudí contra Yemen y autor del secuestro del premier libanés, Saad Hariri.
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