Así se ha expresado el experto en asuntos políticos Carlos Martínez, en una entrevista concedida este domingo a HispanTV, al ser preguntado sobre las actuales manifestaciones de los llamados “chalecos amarillos” en Francia y los pasos que pueda dar la Administración de Macron para contener este movimiento.
Las protestas de los “chalecos amarillos” comenzaron el 17 de noviembre en contra del aumento del precio del combustible y el costo de la vida. Aunque París anuló más tarde su plan para subir los impuestos a los carburantes, el movimiento no ha hecho sino crecer hasta convertirse en una marea de protestas diarias contra la política de Macron.
“La única opción que tendría Macron es retorcer en su política fiscal y subir los impuestos de los más ricos y, de esta forma, podría mantener el estado de bienestar francés”, ha indicado el analista, para después destacar que con solo bajar los impuestos no se puede frenar el descontento social en Francia.
Además, ha considerado las protestas como parte de un “movimiento de contestación”, que intenta mostrar su pleno rechazo a las políticas económicas y sociales del mandatario francés, que se enraízan en una “ideología liberal fuerte”.
La única opción que tendría (Emmanuel) Macron es retorcer en su política fiscal y subir los impuestos de los más ricos y, de esta forma, podría mantener el estado de bienestar francés”, ha indicado el analista político Carlos Martínez.
“Si nos fijamos en las reivindicaciones de este grupo de manifestantes, son muy heterogéneas (…) No es un movimiento organizado, no es un movimiento con proyecto político, sino que es un conjunto de gente que está protestando por lo que considera justo, y de este modo no cesa sus protestas”, ha sostenido el experto.
La cuarta jornada de estas masivas protestas tuvo lugar el sábado, cuando unas 136 000 personas se manifestaron en París (la capital francesa) y otras grandes ciudades del país, de las cuales más de 1700 fueron arrestadas y 264 resultaron heridas.
Conforme a un sondeo del instituto Ipsos, el 67 % de los franceses considera que la política fiscal del Gobierno galo agrava las desigualdades económicas. El 81 % cree que afecta sobre todo a los jubilados, el 76 % a la clase media y el 59 % a los trabajadores en activo. El 73 % se opone al encarecimiento del diésel para luchar contra el calentamiento del planeta.
Fuente: HispanTV Noticias
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