En un análisis elaborado para HispanTV, el analista político Eduardo Luque ha abordado este martes desde Barcelona, en España, las tensiones entre Estados Unidos y Turquía, agravadas tras las recientes medidas punitivas contra Ankara de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
El Gobierno de EE.UU., ha recordado el analista, sancionó a principios de mes a dos ministros turcos por la detención en Turquía del pastor estadounidense Andrew Brunson por cargos de terrorismo y espionaje. Ankara respondió con embargos a altos cargos de la Administración de Trump, que anunció a su vez un aumento de los aranceles a las importaciones de acero y aluminio turcos hasta un 50 y 20 %, respectivamente.
“Estamos viendo cómo la situación económica deriva a situaciones más complicadas que están influyendo negativamente incluso a los países miembros de la Unión Europea. (…) Existen muchos más intervinientes en este proceso, y ya no es solo EE.UU. y Turquía”, ha aseverado Luque.
Como ejemplo, el experto ha mencionado la posición del Gobierno alemán: “La canciller de Alemania, Angela Merkel, pretende conseguir una mayor penetración de la economía alemana en la economía turca aprovechando las circunstancias actuales”.
Estamos viendo cómo la situación económica deriva a situaciones más complicadas que están influyendo negativamente incluso a los países miembros de la Unión Europea. (…) Existen muchos más intervinientes en este proceso, y ya no es solo EE.UU. y Turquía”, ha aseverado el analista político Eduardo Luque.
Las presiones de Washington a Ankara, ha apostillado Luque, no se deben solo a la detención del pastor Brunso, sino que hay muchos elementos más importantes, como la compra por Turquía a Rusia de sistemas antiaéreos S-400, “cuando EE.UU. quería vender sus sistemas Patriot a Ankara. Washington perdió el mercado”, ha observado el analista.
Otro factor que ha tensado los lazos entre EE.UU. y Turquía es el apoyo que brinda el país norteamericano a las milicias kurdas del norte de Siria Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), consideradas “terroristas” por las autoridades turcas.
Un asunto más que ha provocado entre ambos países es la negativa del Gobierno estadounidense a realizar la entrega a Turquía de aviones de guerra F-35 por los que Ankara ya había pagado.
“EE.UU. está apostando a desequilibrar y desestructurar el Gobierno de (el presidente turco, Recep Tayyip) Erdogan en el horizonte de medio plazo. No puede descartarse un intento de golpe de Estado nuevamente o un magnicidio del presidente turco, como ya hemos visto que intentaron en Venezuela y en otros países los servicios secretos de EE.UU.”, ha advertido.
Fuente: HispanTV Noticias
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