En un comunicado emitido el miércoles, el Parlamento del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, con sede en Saná (capital yemení), advirtió sobre los movimientos sospechosos de las fuerzas afiliadas a Estados Unidos y Francia —dos de los principales partidarios occidentales de la guerra dirigida por Arabia Saudí contra Yemen— en las ciudades ocupadas del sur del país. En este contexto, agradeció a las fuerzas yemeníes por defender su país ante los agresores y sus mercenarios.
Por otro lado, pidió vigilancia frente a los intentos “traicioneros” de la coalición liderada por Riad para obstaculizar la implementación de la tregua anunciada entre la aludida coalición y las tropas yemeníes.
El alto el fuego, mediado por la ONU, entró en vigor por primera vez en abril y fue extendido en dos ocasiones. Sin embargo, Saná ha informado de muchas violaciones de la tregua por parte de las fuerzas lideradas por Arabia Saudí.
El Legislativo yemení, además alertó sobre el sospechoso papel del llamado consejo de liderazgo presidencial de Yemen, creado en abril por el expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, con el apoyo de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Dijo que el referido consejo se estableció para avanzar la agenda de EE.UU., el Reino Unido e Israel a fin de dividir Yemen y socavar su unidad, soberanía, seguridad y estabilidad. Asimismo, responsabilizó a los miembros del consejo presidencial por las consecuencias de “sus acciones traicioneras en el país o en el extranjero, ya que no representan al pueblo yemení” y no tienen legitimidad legal.
Desde marzo de 2015, Arabia Saudí, respaldada por sus aliados occidentales, ha lanzado una guerra devastadora contra Yemen, con la intención de restaurar en el poder a Mansur Hadi y aplastar al movimiento popular yemení Ansarolá. La guerra, acompañada de un fuerte asedio, no ha podido materializar, hasta el momento, sus objetivos y, en cambio, ha matado a cientos de miles de yemeníes, al tiempo que ha desplazado a millones.
Yemen ha condenado en reiteradas ocasiones que ciertos Estados occidentales, como el Reino Unido, Francia, EE.UU. y España, que se proclaman defensores de derechos humanos, cierren sus ojos ante los constantes y graves crímenes de lesa humanidad que cometen los saudíes en Yemen por intereses económicos.
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