• Una niña yemení, que sufre malnutrición, en un campamento de desplazados en Al-Hayah, 23 de enero de 2021. (Foto: AFP)
Publicada: domingo, 28 de febrero de 2021 17:42

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte de la mala situación humanitaria que atraviesa Yemen debido a la guerra impuesta en su contra por Riad.

“Nunca ha sido peor. La gente no tiene trabajo, ni dinero. Sus granjas son bombardeadas, sus barcos de pesca destruidos. Se están muriendo de hambre”, lamentó el sábado el coordinador humanitario de la ONU Mark Lowcock en una entrevista concedida al diario alemán Der Spiegel.

Además, lamentó que el organismo internacional tampoco cuente con el dinero necesario para alimentar al pueblo yemení, que, desde hace seis años, sufre una guerra devastadora librada por Arabia Saudí y sus aliados, con la intención ulterior de restaurar en el poder al expresidente fugitivo de Yemen, Abdu Rabu Mansur Hadi.

De hecho, agregó Lowcock, de los casi 13 millones de yemeníes a los que ayudó la ONU con alimentos en 2019, solo puede apoyar en la actualidad a nueve millones. “La hambruna ha vuelto”, alertó.

 

Conforme denunció el coordinador humanitario de la ONU, el mayor problema es que los donantes internacionales ya han detenido sus ayudas al país más pobre del mundo árabe. Es más, señaló, los países ribereños del Golfo Pérsico recortaron drásticamente sus fondos el año pasado.

Entre otras dificultades que enfrenta Yemen, Lowcock se refirió a la presencia de grupos terroristas, como Daesh y Al-Qaeda. Incluso se reveló recientemente que estas bandas luchan en beneficio de la monarquía árabe y sus aliados.

Al mismo tiempo, indicó que Arabia Saudí hizo todo lo que estuvo en su mano para llegar a sus objetivos en este conflicto, a veces con más ataques aéreos y otras con más bloqueos económicos, sin embargo, “nada de eso funcionó”.

A pesar de su fracaso, así como las advertencias y las peticiones de las organizaciones pro derechos humanos a Riad para que levante el embargo a Yemen, la monarquía árabe impide la entrega de alimentos y medicinas, incluso de ayuda humanitaria, sobre todo en las áreas controladas por el movimiento popular yemení Ansarolá, lo que se ha convertido en una “sentencia de muerte” para los niños yemeníes.

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