“Las unidades antiaéreas han respondido este sábado al ataque de un avión de combate de la llamada coalición saudí con una serie de misiles Fater-1 en la parte oriental de Saná y lo obligaron a abandonar nuestro espacio aéreo antes de llevar a cabo algún acto hostil”, ha informado el portavoz del Ejército yemení, el teniente general Yahya Sari.
El alto cargo castrense, además de elogiar la capacidad del país para responder a ataques de invasores, ha recordado que el Ejército expondrá este domingo cuatro nuevos sistemas de defensa antiaérea con los cuales han derribado numerosos aviones enemigos.
Por su parte, la cadena de noticias Al Masirah ha reportado que la Fuerza Aérea del Ejército yemení, respaldada por el movimiento popular Ansarolá, han abatido esta misma jornada una aeronave no tripulada (dron) de la citada coalición en la región de Al-Joba, sita en la provincia de Jizan, en el suroeste de Arabia Saudí.
De acuerdo con este informe, el citado dron de espionaje fue derribado antes de que hubiera podido infiltrarse en el territorio yemení y realizar tareas de reconocimiento sobre el vecino país sureño.
El Ejército yemení ha advertido de que se producirán “grandes sorpresas” en las próximas jornadas si la dinastía que reina en Arabia Saudí y sus aliados no cesan los bombardeos contra su territorio.
Últimamente, las fuerzas yemeníes, que han aumentado sus capacidades militares, especialmente su poder misilístico, han derribado varias drones y helicópteros saudíes, demostrando así que, tras seis años de conflicto, han cambiado los derroteros de la guerra.
El pasado 14 de febrero, el Ejército yemení abatió por primera vez un avión tripulado saudí modelo Tornado, mientras realizaba misiones “hostiles” en la provincia norteña de Al-Yauf. Este ataque dejó claro que los yemeníes han dado pasos significativos en el desarrollo de sus sistemas antiaéreos.
Esto mientras que los ataques saudíes, en muchas ocasiones perpetrados con aeronaves y bombas fabricadas en países occidentales, han dejado más de 100 000 yemeníes muertos, en su mayoría civiles, según un reporte del proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés).
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