El avión se estrelló tan solo trece minutos después de haber despegado del aeropuerto de Yakarta. El hallazgo de la caja es la mejor oportunidad para descubrir las causas del accidente.
Han pasado cinco días desde la tragedia aérea en Indonesia. Los rescatistas trabajan sin interrupción, rastreando el fondo del mar de Java, en busca del fuselaje principal de la aeronave, donde se cree que habrían quedado atrapados la mayoría de los cuerpos de los 189 pasajeros del Boeing 737 Max, de la aerolínea Lion Air.
Las autoridades, hasta ahora, han confirmado la identidad de una de las víctimas. Una de las dos cajas negras se ha encontrado, una parte del tren de aterrizaje, numerosas pertenencias de los ocupantes y restos humanos que se cree que corresponden a una decena de personas. También han localizado un gran objeto que podría ser un motor del avión. El presidente indonesio pide la aceleración de las labores de búsqueda.
Nuevos detalles sobre el penúltimo vuelo realizado por el avión de Lion Air plantearon más dudas sobre la afirmación de que la aerolínea había solucionado los problemas técnicos. Datos de sitios cibernéticos de seguimiento de vuelos mostraban que ambos vuelos tuvieron velocidades y altitudes erráticas tras el despegue, aunque deben contrastarse con las llamadas “cajas negras” del avión. El ministerio de Transporte indonesio ordenó que todos los aviones Boeing 737 operados por Lion Air sean inspeccionados.
La aerolínea Lion Air cuenta con vuelos muy baratos, pero con un terrible historial de seguridad. El Boeing 737 MAX 8 tenía apenas unos meses cuando cayó en las aguas indonesias. La tragedia se produjo 4 meses después de que la Unión Europea (UE) levantara la prohibición que había impuesto en 2007 a las aerolíneas indonesias por incumplir las normas de seguridad comunitarias.
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