“Instamos a todo el sistema de la ONU y a este Consejo [de Derechos Humanos] a condenar estas políticas de fuerza que ponen en riesgo la paz y seguridad internacionales, exigir al Gobierno de Estados Unidos poner fin a estas acciones hostiles y respetar plenamente la soberanía e integridad territorial y la independencia política de Venezuela”, exhortó el viernes el representante permanente de Venezuela ante las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), Héctor Constant Rosales.
En su discurso en una sesión del Consejo de Derechos Humanos, el diplomático denunció que las acciones de Estados Unidos en el sur del Caribe son contrarias a lo consagrado en el derecho internacional, que proscribe explícitamente la amenaza del uso de la fuerza contra naciones soberanas, así como el bombardeo de civiles.
Denunció que las fuerzas estadounidenses “están realizando ejecuciones extrajudiciales en el Caribe, bombardeando con misiles inteligentes pequeñas embarcaciones artesanales”, lo que representa un grave riesgo para la población civil.
Constant dijo que las acciones hostiles de EE.UU. contra su país, incluidas “medidas coercitivas unilaterales, campañas de descrédito y desconocimiento” a las instituciones legítimas, están dirigidas a “justificar una intervención extranjera en Venezuela”. En esta línea, afirmó que el despliegue militar de Washington en el Caribe constituye una escalada “hacia un plano más peligroso” en el marco de una “agresión” prolongada.
Avisó que las acciones de Washington constituyen violaciones flagrantes a la Carta de la ONU y “amenazan gravemente la estabilidad hemisférica y ponen en peligro los derechos humanos del pueblo venezolano y de la región”.
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha llegado a su punto más crítico desde agosto con el despliegue de más de 4000 efectivos cerca de las costas venezolanas, junto a ocho barcos militares con misiles y un submarino de propulsión nuclear, además del envío de diez aviones de combate F-35 a una base aérea en Puerto Rico, so pretexto de enfrentar a los cárteles de droga.
El 12 de septiembre, fuerzas estadounidenses incursionaron en la Zona Económica Exclusiva de Venezuela y asaltaron una embarcación pesquera. La tripulación quedó retenida por varias horas y Caracas denuncia que se trató de una maniobra “ilegal”.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusa a EE.UU. de orquestar “una guerra multiforme” contra su país con el objetivo de propiciar un “cambio de régimen” para controlar los vastos recursos naturales venezolanos.
Como respuesta a los movimientos militares de EE.UU., Maduro llamó al alistamiento masivo de milicianos. De su parte, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana puso en marcha el ‘Plan Independencia 200’, al tiempo que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, comunicó la realización de un ejercicio de ‘apresto militar’ en la isla de La Orchila. Aseguró asimismo que el país se prepara “para un escenario de conflicto armado en el mar”. Por su lado, los marines apostados en Puerto Rico simularon un desembarco anfibio el 18 de septiembre.
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