En un discurso pronunciado este viernes en la Cámara de Representantes de Paquistán, el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, de visita oficial en el país asiático, aseveró que el plan urdido por EE.UU. para resolver el conflicto palestino-israelí no es más que un “proyecto de ocupación”.
El dignatario turco reiteró la importancia de la ocupada ciudad Al-Quds (Jerusalén) para los musulmanes del mundo, al insistir que no dejará de defenderla ante la ocupación israelí.
“Al decir que Jerusalén es nuestra línea roja, declaramos al mundo entero que nunca dejaremos la primera Qibla (dirección de la oración de los musulmanes) a merced del estado invasor israelí”, enfatizó.
El llamado “acuerdo del siglo” fue presentado a finales de enero en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
En el plan antipalestino, la Administración Trump sugiere un fragmentado y desarmado estado palestino, severamente acorralado por asentamientos ilegales israelíes y sin ninguna frontera con el exterior ni control sobre su espacio aéreo, además de declarar a Jerusalén como la “capital indivisible” del régimen de Tel Aviv.
We take a look at Israel and Palestine under Trump's plan:
— Middle East Eye (@MiddleEastEye) January 28, 2020
The map features a proposed tunnel between the West Bank and Gaza, and a series of Palestinian enclaves along the Egyptian border in the Negev deserthttps://t.co/fn9HCr4Tlb pic.twitter.com/P1uIqEU4ti
De hecho, el proyecto anula de manera unilateral todas las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que condenan la ampliación de las colonias israelíes en Al-Quds o Cisjordania ocupada, además de proponer ceder a Israel otros territorios como el Valle del Jordán.
La iniciativa de EE.UU. para lograr la paz en Asia Occidental es para los palestinos un modelo que “premia la ocupación israelí” y que “viola” todos los consensos internacionales.
La mayoría de la comunidad internacional ha rechazado el plan. Organizaciones como la Liga Árabe (LA) y la Unión Africana (UA) se han expresado muy claramente en contra del proyecto, que tampoco cuenta con el respaldo de otros bloques como la Unión Europea (UE).
mjs/lvs/mag/rba
