El jefe de la Diplomacia turca, en una entrevista el martes con la cadena local TGRT Haber, aseguró que Turquía, a pesar de no tener lazos con Siria, no supone una amenaza para el Gobierno sirio y no busca un cambio de régimen en este país árabe.
Del mismo modo Cavusoglu afirmó que, de hecho, en la actualidad los Gobiernos de Damasco y Ankara tienen un punto en común y aquello es su oposición a que los kurdos en el norte de Siria traten de independizarse y provocar la partición de Siria.
No obstante, acusó al Gobierno de Al-Asad —sin proveer evidencia alguna— de haber llevado a cabo crímenes de lesa humanidad contra los ciudadanos sirios y exigió el rápido cese de estos crímenes contra ellos.
Además, condicionó la celebración de diálogos directos entre Ankara y Damasco al cese de estas supuestas transgresiones y advirtió que Turquía no conversaría con Siria si continúan estos crímenes.
El canciller turco insistió en que, hasta el momento, en la operación turca ‘Rama de Olivo’ (a la que se opone Damasco), dirigida contra los milicianos kurdo-sirios en la ciudad de Afrin (noroeste de Siria), no ha habido ni una víctima civil debido a los ataques turcos, mientras que reportes locales informan de decenas de casos de muertes de civiles debido a la ofensiva turca.
El Ejército de Turquía inició el pasado 20 de enero una ofensiva a gran escala en Afrin, multiplicando bombardeos aéreos y de artillería contra las fuerzas kurdo-sirias de las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), una milicia kurda considerada terrorista por Ankara.
La llamada operación 'Rama de Olivo' de Turquía comenzó con el pretexto de que los estadounidenses tratan de entrenar a un nuevo ejército compuesto por 30.000 milicianos kurdos en Siria, iniciativa que indignó a Ankara.
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