Un estudio sobre las expresiones humanas de la emoción, recogido este miércoles por Europa Press, ha encontrado una conexión entre el sistema nervioso central y la expresión emocional en la cara, incluso, sin ningún movimiento de los músculos faciales.
Para este estudio, los investigadores primero tomaron cientos de imágenes de expresiones faciales y separaron las imágenes en diferentes canales de color que corresponden a cómo los ojos humanos ven el color: un canal rojo-verde y un canal azul-amarillo.
A través del análisis por ordenador, los científicos descubrieron que las emociones como “feliz” o “triste” formaban patrones de color únicos. Independientemente del sexo, la etnia o el tono general de la piel, todos mostraron patrones similares al expresar la misma emoción.
“Identificamos patrones de coloración facial que son únicos para cada emoción que estudiamos (…) Creemos que estos patrones de color se deben a cambios sutiles en el flujo sanguíneo o la composición de la sangre provocada por el sistema nervioso central”, afirma uno de los investigadores, Aleix Martínez, científico cognitivo y profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.
Identificamos patrones de coloración facial que son únicos para cada emoción que estudiamos (…) Creemos que estos patrones de color se deben a cambios sutiles en el flujo sanguíneo o la composición de la sangre provocada por el sistema nervioso central”, afirma uno de los investigadores, Aleix Martínez, científico cognitivo y profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos.
Alrededor del 70 por ciento de las veces, los participantes pensaron que una cara neutral que había sido coloreada para verse feliz en realidad transmitía felicidad. Pensaron que los rostros coloreados para verse tristes eran en realidad tristes el 75 por ciento de las veces, y las caras neutrales coloreadas para parecer enojadas en realidad estaban enojadas el 65 por ciento de las veces. Percibieron la emoción, a pesar de que su única pista era el color superpuesto en la cara, sin movimientos faciales.
La felicidad era la emoción más fácil de reconocer por el ordenador solo por el color, y detectó la emoción con un 90 por ciento de precisión. Varias emociones relacionadas con la felicidad, como “felizmente sorprendido”, se colocaron en segundo lugar en alrededor del 85 por ciento. La ira era detectable por el color solo el 80 por ciento del tiempo, y la tristeza el 75 por ciento del tiempo.
El miedo era reconocible el 70 por ciento de las veces, y la emoción menos reconocible era “temerosamente disgustado”, que solo registró el 65 por ciento de las veces. Los hallazgos pueden aportar información para la investigación en informática, cognición, neurociencia e incluso evolución humana.
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