El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el viernes el documento que marca las principales líneas de la política exterior de Rusia, en el que destaca claras alianzas con China, América Latina y África frente a Occidente.
Conforme al documento, publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, “dado el progresivo fortalecimiento de la soberanía y el potencial multifacético de los Estados de América Latina y el Caribe, Rusia tiene la intención de desarrollar relaciones pragmáticas, desideologizadas y mutuamente beneficiosas con ellos”.
La doctrina de política exterior de Rusia, que actualiza la de 2016, especifica que Moscú se centrará en “apoyar a los Estados latinoamericanos interesados, bajo la presión de EE.UU. y sus aliados, en la salvaguardia de su soberanía e independencia, incluso mediante el establecimiento y la ampliación de la cooperación militar, técnico-militar y en materia de seguridad”.
El documento precisa que Moscú prevé fortalecer la amistad, la comprensión mutua y profundizar la cooperación de beneficio mutuo con Brasil, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
☝️ Rusia apoyará a las naciones latinoamericanas interesados, bajo la presión de Washington y sus aliados, en garantizar su soberanía e independencia mediante la ampliación de la cooperación en materia de seguridad, así como cooperación militar y técnico-militar. pic.twitter.com/IQZOtxwEHz
— Cancillería de Rusia 🇷🇺 (@mae_rusia) March 31, 2023
El documento firmado por Putin señala que Rusia se centrará en el aumento del volumen de comercio e inversión mutuos con mecanismos de cooperación como los Estados de América Latina y el Caribe, en particular en el marco de la Celac, el Mercado Común del Sur (Mercosur), el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y otros.
En realidad, el documento sobre política exterior confirma los pasos que viene dando Moscú en la región latinoamericana, donde Rusia está aumentando sus relaciones en distintos ámbitos, entre ellos tecnológicos, económicos y militares, en medio de las políticas agresivas de Estados Unidos contra ciertas naciones, como Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Ante tal coyuntura, Washington acusa a Moscú de desafiar su influencia en América Latina, zona que considera su “patio trasero” y mantiene una postura hostil con los países que se oponen a su política imperialista.
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