Ucrania, bajo el liderazgo de Volodímir Zelenski, logró recibir el apoyo de la Unión Europea (UE) para integrarse en el bloque. El Kremlin calificó de asunto interno de Europa la decisión, siempre y cuando no traiga más problemas a Rusia y a sus lazos con Europa, que, según Moscú, sería difícil de deteriorar aún más.
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, a su vez, descartó que la adhesión suponga una amenaza a Rusia, por la naturaleza no militar del bloque.
El canciller ruso, no obstante, señaló que en los últimos años la UE ha evolucionado muy drásticamente hacia un trasfondo ideológico agresivo y rusófobo. Denunció que la Europa de hoy está siguiendo los pasos del líder de la Alemania nazi, Adolf Hitler, en la lucha contra Rusia.
Pese a las hostilidades de Occidente, Rusia sigue con su operación militar especial en Ucrania, para erradicar, en concreto, el neonazismo. El Ministerio de Defensa anunció que hasta 2000 militares ucranianos y mercenarios extranjeros, además de muchas unidades de vehículos blindados de combate, cañones y morteros, se encontrarían atrapados en el este de Ucrania.
Mientras Kiev anuncia su retirada del enclave administrativo estratégico Severodonetsk, las autoridades prorrusas de Lugansk afirman que pronto, todos los militares ucranianos tendrán que abandonar las zonas orientales.
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