El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, arremetió el sábado contra Washington por emplear medidas coercitivas contra otros Estados, mientras denunciaba el negativo impacto que tendrían esas políticas en la vida de las personas de a pié.
En este sentido, el titular ruso repudió el intento de la Administración de Donald Trump de imponer sus propias reglas y normas en el mundo.
La Unión Europea (UE) también está infectada de la política de bloqueo estadounidense, lamentó el jefe de la Diplomacia de Rusia para luego instar a los Veintiocho a abstenerse de establecer embargos, puesto que dañan “primero a las personas ordinarias”, dijo.
Moscú ha expresado en reiteradas ocasiones su voluntad para aumentar las relaciones con los países europeos, especialmente con los que tengan la disposición para ello, empero, ha denunciado los chantajes y presiones de Washington para obstaculizar estos propósitos.
El ministro de Economía de Alemania, Peter Altmaier, dijo la semana pasada que su país no estaba interesado en el nuevo capítulo de las sanciones antirrusas, ya que las anteriores fueron impuestas por razones políticas.
El Gobierno italiano, por su parte, ha manifestado en múltiples ocasiones su oposición a las medidas restrictivas del bloque comunitario contra Moscú y se ha mostrado a favor del levantamiento de estos embargos.
Las relaciones entre Moscú y Occidente se empeoraron a raíz de los acontecimientos en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia, fundamentada en un referéndum celebrado en 2014, con más del 96 % de apoyo. Desde entonces, Estados Unidos y la UE han aprobado varios paquetes de sanciones contra Rusia.
En medio de este conflicto, Trump ha empleado una política unilateral, con el lema “Estados Unidos primero”, y lanzado una guerra económica y de embargos contra el mundo, de la que tampoco excluye a sus aliados.
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