El jefe de Estado de Rusia, Vladimir Putin, viajará este lunes a Turquía, donde se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y tratará con él temas de interés común, además de áreas en las que las partes puedan aumentar sus lazos.
Más específicamente, Putin y Erdogan tienen en su agenda la realización de varios proyectos vinculados al sector energético —en especial en materia de gas y petróleo— y abordarán la crisis siria y la situación actual en dicho país, que ya está casi libre de la presencia del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Después de su visita a Turquía, el mandatario ruso viajará hacia El Cairo, la capital de Egipto, donde se reunirá con el jefe del Estado egipcio Abdel Fatah al-Sisi, y examinará junto a él las áreas en las que las partes pueden aumentar sus relaciones.
“Putin examinará junto a Al-Sisi las relaciones entre Rusia y Egipto en el marco de la política, la economía, la energía y el humanitarismo”, se lee en el comunicado difundido por el Kremlin sobre la visita del mandatario ruso, en el que también indica que se abordarán posibles cooperaciones en el ámbito de seguridad.
Además, tanto durante su visita a Turquía como a Egipto, el presidente ruso abordará el asunto de la controvertida decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén (Al-Quds) como la capital del régimen de Israel.
Putin examinará junto a Al-Sisi las relaciones entre Rusia y Egipto en el marco de la política, la economía, la energía y el humanitarismo”, se lee en el comunicado difundido por el Kremlin.
La controvertida decisión de Trump sobre Al-Quds ha revertido décadas de negociaciones que EE.UU. había realizado con cautela para no poner en peligro los esfuerzos de paz en Oriente Medio y ha puesto ahora a la Casa Blanca en el blanco de las más duras críticas tanto de sus socios y amigos como de sus adversarios.
De todos los lados, advierten de las “peligrosas” consecuencias que conllevará la decisión de Trump: la Unión Europea (UE), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Turquía, Irak, El Líbano, Irán, Jordania, varios países latinoamericanos, entre otros, han condenado la iniciativa del magnate republicano, mientras que 14 de los 15 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) han rechazado la medida.
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