• Entrada de la embajada ucraniana en Moscú (capital rusa).
Publicada: domingo, 28 de agosto de 2016 17:21

Un grupo de jóvenes moscovitas se concentra frente a la embajada de Kiev para protestar por un ataque de radicales ucranianos a un organismo ruso en su país.

“¡No toquen a nuestros diplomáticos! ¡El fascismo no pasará! ¡La junta debe rendir cuentas!”, fueron los principales eslóganes coreados en la noche del sábado frente a la embajada ucraniana en la capital rusa, Moscú, informa la agencia local Tass. “Junta” o “junta golpista” son términos por los que conocen al actual Gobierno ucraniano sus detractores prorrusos.

Los manifestantes encendieron bengalas y arrojaron huevos contra la fachada de la sede diplomática en protesta por un ataque, en el mismo día en la capital ucraniana, Kiev, contra el edificio de la Agencia Federal para la Comunidad de Estados Independientes, los Compatriotas Residentes en el Extranjero y la Cooperación Humanitaria Internacional (Rosotrudnichestvo, por su acrónimo ruso).

¡No toquen a nuestros diplomáticos! ¡El fascismo no pasará! ¡La junta debe rendir cuentas!”, corearon el sábado manifestantes antifascistas rusos frente a la embajada de Ucrania en Moscú.

La policía pidió a los congregados que se dispersaran, al no disponer la protesta de autorización previa. Tras ello, siempre según la agencia rusa, los jóvenes corearon “¡ni olvido ni perdón!” y “¡recordamos Odesa, recordamos el Donbás!” (la cuenca del río Don, en el este ucraniano rusohablante, donde los independentistas se enfrentan a Kiev desde 2014).

“Radicales” ucranianos habían atacado el sábado, poco antes de la protesta en Moscú, la sede de la Rosotrudnichestvo, cuyos muros vandalizaron con sus insignias, a la vez que hacían estallar bombas de humo, sin que la policía, presente, detuviese a nadie.

Las relaciones ruso-ucranianas se mantienen en estado crítico desde el derrocamiento del expresidente Víktor Yanukóvich en febrero de 2014 y la consiguiente aparición de movimientos de protesta y separatistas en el este del país, de habla rusa, y en especial desde la integración de la estratégica península de Crimea en la Federación Rusa, tras referéndum no reconocido por Kiev.

Las nuevas autoridades ucranianas, prooccidentales, lanzaron entonces una “operación antiterrorista” en el Donbas que ha dejado miles de muertos, mientras Kiev acusa a Moscú de apoyar movimientos secesionistas, lo que el Kremlin rechaza, denunciando a su vez maniobras para extender hacia las fronteras rusas los dominios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

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