Por: Hiba Morad y Latifa al-Husseini
A dos semanas del inicio de la ofensiva del régimen israelí sobre Líbano en septiembre de 2024, y apenas días después del martirio del líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, Israel asesinó a dos figuras estratégicas de alto rango dentro del movimiento de resistencia.
Su martirio representó una pérdida significativa para el liderazgo de la resistencia libanesa y la planificación operativa del movimiento durante una fase crítica de la reciente guerra.
“Mi padre, Hach Mohammad Kassir (alias Salah, Sr. Fadi, Hach Mayed) y mi tío Hach Hasan Kassir (alias Saleh) fueron asesinados por Israel el 1 y 2 de octubre, respectivamente”, declaró Ahmad, hijo de Haj Mohammad, al sitio web Press TV en el primer aniversario de su martirio.
Ambos hombres eran buscados por Estados Unidos, que ofrecía una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que condujera al arresto de Hach Mohammad únicamente.
Inicios tempranos
Según el relato de su hijo compartido con Press TV, Hach Mohammad comenzó a trabajar con el comandante senior del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Fuad Shokr, en 1985 en asuntos de seguridad y adquisición de armas para la resistencia en el sur del Líbano.
Sus esfuerzos se centraban principalmente en resistir y repeler a las fuerzas de ocupación israelíes que habían invadido Líbano en 1983.
“Proporcionó armas al movimiento de Resistencia y desempeñó un papel vital en lo que se conoció como las ‘operaciones de autosacrificio’. Además, gestionó diversas tareas logísticas hasta la liberación del sur del Líbano en 2000”, explicó Ahmad.
Hach Mohammad era ampliamente considerado como un planificador estratégico dentro de la resistencia, por lo que generalmente se le aconsejaba no participar directamente en operaciones de combate.
Sin embargo, según su hijo, Hach Mohammad insistió en involucrarse y finalmente se le permitió participar en una de las principales operaciones de Resistencia en el sur del Líbano, conocida como la operación Shehin.
Según los informes, el 27 de abril de 1998, la Resistencia Islámica lanzó una serie de operaciones coordinadas contra fuerzas enemigas, con Hach Mohammad participando activamente.
Las operaciones comenzaron al amanecer, cuando combatientes de la Resistencia emboscaron una unidad terrestre sionista que maniobraba cerca del área de Shehin, en el distrito de Tiro.

Al llegar al sitio de la emboscada, se detonó un potente explosivo, causando bajas significativas entre los soldados israelíes. Simultáneamente, un segundo grupo de combatientes enfrentó al personal enemigo restante a corta distancia usando ametralladoras. Las fuerzas enemigas respondieron desplegando helicópteros para evacuar a sus muertos y heridos del campo de batalla.
Mientras tanto, Hach Hasan, yerno del mártir Seyed Hasan Nasralá, era muy activo sobre el terreno y conocido por participar en operaciones importantes en el sur del Líbano.
Su sobrino relató a Press TV que se unió a las fuerzas especiales de la resistencia en los años 90 y participó en operaciones relevantes, entre ellas la operación Beit Yahoun del 15 de mayo de 1999.
Ese día, los combatientes atacaron la posición de las fuerzas de ocupación en Beit Yahoun, en la zona ocupada del sur del Líbano, un puesto fuertemente reforzado que servía como punto de control para el cruce principal entre la zona ocupada y las áreas liberadas. Controlaba los movimientos de los residentes de los pueblos ocupados en sus visitas dentro y fuera del territorio ocupado.
Los combatientes recuperaron la posición de manos de los soldados israelíes, y sus colaboradores [Ejército del Líbano del Sur (SLA)], capturaron a dos de ellos y un transportador de tropas, y lo trasladaron a las áreas liberadas tras atacar el puesto y despejar el camino para que un transportador de tropas cruzara.
“Haj Hassan es el combatiente que se ve en uno de los videos conduciendo el tanque y entregando un rifle a sayyed Hassan Nasrallah al inicio de la liberación del sur del Líbano; posteriormente se casó con la hija de Nasrallah, Zeinab”, dijo Ahmad.
Hezbolá autosuficiente
Según Ahmad, los dos hermanos continuaron trabajando en la resistencia en distintas funciones a lo largo de los años, aunque 2005 marcó un punto de inflexión.
“En 2005, Hach Mohammad estableció lo que denominó el ‘dossier económico’ dentro de Hezbolá, y sugirió que la resistencia debía tener sus propias fuentes de ingreso y crear negocios propios, no solo para proporcionar armas a los combatientes, sino también para mejorar y fortalecer la economía libanesa”, relató Ahmad a Press TV.
La planificación estratégica de Hach Mohammad permitió a Hezbolá generar oportunidades de empleo para miles de familias en todo el Líbano.
“Empoderar al pueblo y fortalecer la comunidad fueron preocupaciones centrales de mi padre, quien es reconocido dentro de Hezbolá como un pensador estratégico”, explicó Ahmad.
“Creía firmemente que establecer un Líbano financieramente independiente era esencial, no solo para la prosperidad y autonomía del país, sino también para su capacidad de enfrentar amenazas externas, particularmente la ocupación israelí, que aún controlaba las granjas de Shebaa y las colinas de Kafar Shouba”.
Según su hijo, Hach Mohammad desempeñó un papel clave frente a la crisis energética de Líbano, actuando por solicitud directa de Seyed Hasan Nasralá.
“No podía permanecer de brazos cruzados mientras la devastadora crisis energética afectaba al país y a su gente”, relató su hijo a Press TV.
Hach Mohammad aseguró acuerdos sellados para la importación de diésel y combustible, distribuidos en todo el país—llegando a ciudadanos de todas las religiones y etnias—en un momento en que la escasez de combustible sumió al país en la oscuridad. La iniciativa formaba parte de los esfuerzos más amplios de Hezbolá para aliviar la crisis y apoyar a la población.
En ese momento, Hezbolá enfatizó que hospitales y otros servicios esenciales recibieran prioridad en el acceso a combustibles y recursos energéticos.
Ahmad indicó que Hach Mohammad operaba directamente bajo la supervisión de figuras senior, incluidos Hach Imad, Hach Qasem y Seyed Hasan Nasralá.

Ahmad añadió que, más allá de sus roles estratégicos y logísticos, Hach Mohammad también desempeñó un papel clave en el lanzamiento de iniciativas agrícolas e industriales destinadas a fomentar la resiliencia económica en Líbano.
“Entre estas iniciativas se encuentran granjas de trucha y de ganado, solo dos ejemplos de la red más amplia de empresas establecidas y gestionadas por comunidades locales. Estos emprendimientos estaban diseñados para promover la prosperidad nacional, proveer medios de vida a los miembros de la resistencia y apoyar el camino de Líbano hacia la autonomía económica y la autosuficiencia, reduciendo la dependencia de la ayuda externa y aliviando las duras condiciones de vida”, señaló Ahmad.
A medida que la economía y los negocios de Hezbolá prosperaban —en gran medida gracias a los esfuerzos de Hach Mohammad y su equipo, bajo la supervisión de Seyed Nasralá —Estados Unidos e Israel intensificaron sus campañas para socavar al grupo.
Estas campañas incluyeron la difusión de desinformación e intentos de desprestigiar al movimiento de Resistencia, con el objetivo de erosionar su apoyo público y debilitar su influencia operativa.
En una sesión de audiencia años después, el subsecretario de Estado para Asuntos del Cercano Oriente, Jeffrey Feltman, quien fue embajador en Líbano entre 2004 y 2008, admitió que Estados Unidos brindó asistencia y apoyo en Líbano destinados a reducir lo que él llamó “el atractivo de Hezbolá entre la juventud libanesa”, confesando que Estados Unidos había contribuido con más de 500 millones de dólares a este esfuerzo desde 2006.
Feltman se expresó durante una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado en 2010 sobre el fallido esquema conspirativo estadounidense, en el que Washington ofrecía ayuda y dinero para disminuir la atracción de Hezbolá en Líbano.
Indiferente a las campañas de desprestigio
A partir de 2017, Estados Unidos volvió a intensificar sus campañas de desinformación contra Hezbolá. Washington publicó informes que afirmaban que el movimiento generaba importantes ingresos en efectivo a partir de sus actividades.
Think tanks proclives al sionismo, como el FDD, emitieron reportes asegurando que “Hezbolá es un grupo terrorista que depende de complejos esquemas de lavado de dinero basados en el comercio, que abarcan desde Sudamérica hasta África y Estados Unidos. Pero para que Hezbolá repatriara este dinero, los fondos debían transitar por los sistemas financieros formales de Líbano e internacionales”.
Numerosas acusaciones se dirigieron contra Hach Mohammad, muchas de las cuales formaban parte de intentos más amplios de distorsionar la imagen de la resistencia. Ante estas afirmaciones, Ahmad relató que Seyed Nasralá convocó una vez a Hach Mohammad a una reunión privada.
Durante la conversación, Seyed Nasralá propuso abordar el tema públicamente en un próximo discurso, incluso sugiriendo mencionar a Hach Mohammad por su nombre para aclarar que las acusaciones formaban parte de una campaña deliberada de desinformación.
Sin embargo, Hach Mohammad no lo quiso así. Aunque estuvo de acuerdo en que el asunto debía ser tratado, insistió en que no era necesario mencionarlo personalmente. Confiado en su integridad y sin preocuparse por la campaña de desprestigio, prefirió no cargar a Sayyed Nasrallah con la tarea de defenderlo públicamente.
El 19 de enero de 2018, Seyed Hasan pronunció un discurso en el que declaró: “Quisiera decirles a ustedes y a todos los espectadores, de manera inequívoca, que estas son fabricaciones (sobre lavado de dinero) y acusaciones injustas, que no se basan en hechos y son falsas. Sobre este asunto, Hezbolá tiene una posición religiosa, legal y moral muy clara. El tráfico de drogas es haram (prohibido) y está estrictamente vedado”.

No es momento para llorar
Ahmad relató que su padre llevaba mucho tiempo convencido de que sería martirizado antes que Seyed Nasralá. Siempre que se le instaba a redactar un testamento detallado, respondía que ya existía una versión breve y añadía: “Cuando yo sea martirizado, pregunten a Seyed Nasralá —él sabe todo”.
Tras el martirio de Seyed Nasralá, la misma pregunta se le planteó a Hach Mohammad. Esta vez guardó silencio y dijo: “Necesito visitarlo mientras descansa en paz”.
Su insistencia en ver a Seyed Nasralá por última vez encontró inicialmente resistencia entre responsables de Hezbolá, pero finalmente accedieron. Antes de dirigirse al hospital, se volvió hacia quienes lo rodeaban, conmovidos por el martirio de Seyed Nasralá, y les dijo:
“Este no es momento para llorar. Al fin Seyed Hasan Nasralá consiguió lo que anhelaba”.
El 30 de septiembre, Haj Mohammad lo visitó en el hospital. Después regresó al trabajo, entregó todos los expedientes y archivos operativos a sus colegas y superiores, y presentó el testamento que acababa de redactar.
Hach Hasan – el compañero
Entre 2005 y 2006, Hach Hasan se unió a su hermano Hach Mohammad en operaciones logísticas cruciales, que incluían el transporte de armas a través de Siria con ayuda de Irán, así como la creación de empresas destinadas a financiar tanto al movimiento de resistencia como a la comunidad libanesa en general, contó Ahmad a Press TV.
“Entre sus iniciativas conjuntas estuvo la fundación de la cadena Al-Sayad de supermercados y farmacias, concebida para ofrecer productos asequibles a ciudadanos libaneses de todas las confesiones y orígenes étnicos. Estos establecimientos desempeñaron un papel vital en el apoyo a los hogares de bajos ingresos, especialmente cuando Líbano enfrentaba los efectos combinados de la pandemia de COVID-19 y una crisis económica cada vez más profunda”, afirmó.
Su colaboración trascendía los lazos familiares. Hach Mohammad y Hach Hasan estaban unidos en propósito y acción, trabajando codo a codo para avanzar la misión de la resistencia contra el imperialismo estadounidense y la ocupación israelí, al tiempo que procuraban elevar y empoderar a su sociedad.
🇱🇧 Miles de libaneses se han congregado en Beirut para conmemorar el primer aniversario del martirio del líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá.
— HispanTV (@Nexo_Latino) September 27, 2025
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Compromiso con ayudar a otros
Uno de los rasgos más notables compartidos por Hach Mohammad y Hach Hasan era su profundo compromiso de ayudar a los demás —tanto material como espiritualmente.
Según Ahmad, su padre, Hach Mohammad, impulsó en silencio numerosos proyectos de pequeña escala para apoyar a familias necesitadas, ofreciendo asistencia financiera sin buscar reconocimiento alguno.
Zeinab Nasralá, esposa de Hach Hasan, compartió este sentir. Tras su martirio, conoció a muchas personas que le contaron historias de su generosidad y compasión.
“La gente se me acercaba y me decía cómo él les ayudó a comprar una casa, pagar facturas, cubrir tratamientos hospitalarios, e incluso dedicaba tiempo a resolver disputas familiares de quienes buscaban su guía”, relató.
Estos testimonios reflejan un legado de servicio y empatía que trascendía el campo de batalla.
Hach Hasan – Un hijo para el líder de Hezbolá
Al recordar el vínculo profundo entre su esposo y su padre, Zeinab Nasralá dijo a Press TV que Seyed Nasralá trataba a Hach Hassan como a un hijo.
Señaló que Hach Hasan era inquebrantable en su lealtad y confianza: “Nunca guardó secretos a Seyed Nasralá y lo consultaba todo con él”, afirmó.
Para Hach Hasan, Seyed Nasralá era más que un líder: era una figura guía de enorme significado personal. “Creo en Seyed Hassan, tengo fe en él”, solía decir a su esposa, expresando un lazo que trascendía la política, arraigado en convicciones y propósitos compartidos.
Ella subrayó que su esposo provenía de una familia profundamente enraizada en la resistencia.
“Proviene de una familia de combatientes de la resistencia —cinco hermanos que fueron martirizados defendiendo el Líbano y su soberanía”, contó.
El primero de ellos fue Ahmad Kassir, cuyo legado dejó una huella profunda en la familia. Con apenas 19 años, Ahmad lideró en 1982 una operación decisiva contra las fuerzas israelíes, un acto que marcó significativamente la trayectoria de la resistencia y que le valió un amplio reconocimiento por su postura firme frente a la ocupación.
Los hermanos Kassir —Ahmad, Musa, Rabih, Mohammad y Hasan— ofrecieron cada uno el sacrificio supremo en servicio del Líbano, encarnando un legado de valentía, compromiso y defensa nacional.
Zeinab Nasralá reflexionó además sobre los profundos lazos emocionales y espirituales que unían a la familia Kassir con la resistencia. “Por el espíritu que caracterizaba a su familia, mi padre sentía gran afecto por ellos —amaba profundamente a Hach Hasan”, confesó.
El anhelo del martirio
Hach Hassan albergó a lo largo de su vida un profundo anhelo de martirio.
“Después de cada guerra y cada punto de inflexión en la lucha contra la ocupación israelí, se entristecía, preguntándose por qué todavía no le había llegado su turno”, contó Zeinab Nasralá a Press TV. Su deseo largamente acariciado se cumplió finalmente en la guerra más reciente impuesta al Líbano.
“El martirio era la aspiración suprema tanto de mi padre como de mi esposo”, dijo.
“Por un lado, lograron aquello que anhelaban y ahora están en un lugar mejor. Por otro, los extrañamos profundamente. No es fácil vivir sin ellos, pero debemos mantenernos pacientes, actuar con responsabilidad, rezar por sus almas y confiar en que están en paz”.
Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.