Según ha publicado este viernes la agencia rusa de noticias RT, un comité compuesto por 200 agentes y expertos del Ministerio de Defensa y del sector geográfico rusos se encuentra actualmente en la isla de Matua, en el archipiélago en cuestión, ubicado en el Pacífico occidental, para explorar el terreno.
Acompañados por seis buques, las fuerzas de la exploración también estudian la posibilidad de construir tres pistas de aterrizaje y revisan la condición del campo de aviación con el fin de albegar a la Flota rusa del Pacífico.
El objetivo principal de la expedición es estudiar la posibilidad de crear ahí una base para las fuerzas de la Flota del Pacífico”, ha indicado el jefe de las tropas del Distrito Militar Este, el coronel general Serguéi Surovikin, en una reunión mantenida con los comandantes del distrito.
“El objetivo principal de la expedición es estudiar la posibilidad de crear ahí una base para las fuerzas de la Flota del Pacífico”, ha precisado el jefe de las tropas del Distrito Militar Este, el coronel general Serguéi Surovikin, en una reunión mantenida con los comandantes del área.
Surovikin, además, ha dejado claro que todo el Oriente Lejano, incluidas las islas Kuriles, se están convirtiendo en un elemento “vital” para la seguridad nacional rusa.
El proyecto —continúa el coronel general — forma parte de los pasos “sin precedentes” que están dando el Kremlin y el Ministerio de Defensa del país para mejorar la infraestructura militar, equipar a las unidades militares con nuevos aviones y buques, así como ampliar el paraguas de protección social tanto los militares como su familias.
El pasado 25 de marzo, el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, anunció el plan de Moscú para desplegar algunos de sus más avanzados sistemas de defensa aérea y drones en las Kuriles.
Rusia y Japón se disputan la soberanía de algunas islas en el archipiélago de las Kuriles. Las partes no han logrado firmar un tratado de paz permanente desde el fin de la II Guerra Mundial (1939-1945), ya que Tokio lo condiciona a la devolución de las cuatro islas del archipiélago (Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai).
Tokio basa su demanda en el Tratado Bilateral de Comercio y Fronteras que firmó con Rusia en 1855.
Moscú, en cambio, se funda en varios acuerdos internacionales para alegar que estas islas fueron traspasadas a la antigua Unión Soviética (URSS) tras la II Guerra Mundial, por tanto, sostiene que estos territorios pertenecen a la Federación Rusa como sucesora legal de la URSS.
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