El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha visitado por primera vez Barcelona tras la aprobación de la declaración de ruptura independentista.
Arropado por la plana mayor de su partido, el presidente del Gobierno ha insistido en su discurso duro contra el independentismo y en la unidad de España.
Rajoy ha culpado a los secesionistas de ser responsables del conflicto y ha defendido su última medida para intentar frenar al soberanismo: la intervención de la finanzas de la Generalitat para controlar sus pagos, algo que no ha gustado mucho a un sector de la ciudadanía catalana.
El Partido Popular (PP) también se ha presentado como garantía de estabilidad económica y de defensa de la legalidad en la presentación de sus candidatos para las elecciones del 20 de diciembre.
El PP podría seguir gobernando en España, según las encuestas, aunque con necesidad de alianzas, mientras en Cataluña quedaría relegado a la última posición.
Ciudadanos ganaría en el territorio, por delante de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y En Comú Podem. La nueva marca del partido de Artur Mas, Democracia i Llibertat, obtendría unos malos resultados siendo cuarta.
Oriol Puig, Barcelona.
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