Los últimos acontecimientos de la capital francesa, París, han dado una relativa libertad al Gobierno de Cameron para impulsar las reformas en materia antiterrorista que considera necesarias.
Entre las medidas, contratar y formar a 1900 espías, y aumentar la dotación económica para las agencias de inteligencia británica en un 15 %, prestando una atención especial al ciberespionaje y a la guerra cibernética. Pero expertos en contraterrorismo opinan que muchos recursos sin la dirección adecuada podrían resultar inútiles.
Muchos críticos desconfían sobre la efectividad real de esta medida y se han planteado si el Gobierno realmente ha tenido en consideración el impacto negativo que tiene poner a los musulmanes británicos bajo el punto de mira frente al resto de la sociedad.
Organizaciones que velan por los derechos humanos en Reino Unido afirman que han aumentado los casos en los que musulmanes británicos son víctimas de juicios sociales a raíz de atentados terroristas, y que estas medidas les aíslan de la sociedad.
En el área militar, Cameron destinará 2000 millones de libras en los próximos cinco años para las fuerzas de élite del Ejército británico y ha anunciado en el Parlamento que a petición de países aliados, Reino Unido incluya objetivos en Siria con los bombardeos que ya realiza en Irak.
Ian Diez, Londres.
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