Entre las atribuciones de las firmas está la de generar una percepción positiva de la deteriorada situación de los derechos humanos en Egipto.
El espionaje egipcio está decidido a mejorar la imagen de su país en Estados Unidos a golpe de talonario. A cambio de una suma que alcanza los 1,8 millones de dólares, las firmas de relaciones públicas Weber Shandwick y Cassidy and Associates se ocuparán de enlucir el rostro de Egipto de cara a la opinión pública norteamericana.
La estrategia de la Inteligencia egipcia se resume en cuatro puntos: las agencias deberán promover las relaciones entre El Cairo y Washington, publicitar su papel como factor estabilizador en la región, ensalzar los tributos de su sociedad civil y aplaudir su desarrollo económico. En opinión de este experto, el objetivo primordial sería el de contrarrestar la campaña de los Hermanos Musulmanes (HHMM) que se presentan como un grupo opositor no violento.
El presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, se jactó de ser primer mandatario en felicitar a Donald Trump por su victoria. El ascenso al poder del nuevo inquilino de la Casa Blanca es visto por el Gobierno egipcio como una oportunidad para limar asperezas en las relaciones entre ambos países.
La tarea no va a ser sencilla en lo relativo a los derechos humanos. Aunque Trump parece más proclive que su predecesor a hacer la vista gorda, un informe elaborado por el Departamento de Estado certificaba la existencia de torturas en las cárceles egipcias o de asesinatos políticos. Los activistas afirman trabajar bajo presiones constantes.
Regímenes como el de Baréin han recurrido a agencias de publicidad para limpiar su imagen en el exterior, obteniendo resultados desiguales.
Rocío López, El Cairo.
smd/lvs/rba