El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Seyed Abás Araqchi, censuró el viernes el repunte de violencia en Sudán durante una conversación telefónica con su homólogo sudanés, Mohiuddin Salem.
Tras un asedio de 18 meses que mantuvo atrapados a casi 1,2 millones de civiles en la ciudad de El Fasher, en el suroeste de Sudán, el grupo paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) se apoderó el 24 de octubre del último bastión de las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS), cometiendo ejecuciones sumarias, masacres, violaciones y demás atrocidades.
El jefe de la Diplomacia persa reiteró el continuo apoyo de la República Islámica de Irán a la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Sudán durante la llamada telefónica, en la que el canciller sudanés, a su vez, expresó su agradecimiento por el apoyo del país persa al gobierno legítimo de Sudán y la solidaridad con el pueblo del país norteafricano.
Ambos funcionarios, por su parte, celebraron los avances en las relaciones bilaterales y destacaron la determinación de ambos países de ampliar la cooperación en diversos ámbitos.
Hay que tomar en serio el papel de Israel en violencia en Sudán
El exportavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, fue otra figura iraní en analizar los acontecimientos actuales y el repunte de la violencia en la ciudad de El Fasher, capital de Darfur del Norte. Alertó sobre el papel del régimen de Israel en el prolongado conflicto de Sudán.
“Los crímenes atroces en la ciudad de El Fasher […] tienen diversas dimensiones. Sin duda, uno de sus aspectos es desviar la atención del problema de Palestina y Gaza, minimizar los crímenes de guerra y el genocidio de Israel en Gaza, y reducir la presión mundial sobre el régimen infanticida israelí”, sostuvo Kanani, haciendo referencia a dos años de la guerra genocida israelí en el enclave palestino que ha dejado casi 69 000 muertos.
El diplomático persa urgió la necesidad de “tomar en serio el papel de Israel en los acontecimientos actuales de Sudán”.
A principio de agosto, Irán condenó la decisión del RSF de crear un gobierno rival en Sudán, alertando que la medida agravaría la crisis en el país africano y amenazaría su seguridad e integridad territorial.
El Gobierno iraní expresó además el martes su profunda preocupación por la nueva ola de violencia en Sudán, advirtiendo contra acciones que pudieran fragmentar nuevamente al país.
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