Hasan Rohani ha comentado este martes las nefastas consecuencias de las sanciones unilaterales impuestas por EE.UU. contra la nación iraní en el desarrollo económico del país, la vida, la sanidad y el sustento del pueblo iraní.
“Para la conciencia pública, es necesario publicar el documento del crimen que supone la imposición de una guerra económica y de quienes han impuesto sanciones integrales y sin precedentes, para que todo el mundo sepa los crímenes de lesa humanidad de la Administración de [expresidente de EE.UU. Donald] Trump contra la nación iraní”, ha señalado el mandatario.
A pesar de que la etiqueta de crimen de lesa humanidad generalmente alude a una guerra o a un conflicto militar, las sanciones y la guerra económica también deben pasar a considerarse un crimen, ha subrayado Rohani, para luego recalcar que Irán es víctima de este acto inhumano.
Victoria de la nación iraní frente a guerra económica
En otra parte de sus declaraciones, el presidente de la República Islámica de Irán ha destacado la resistencia del pueblo y la gestión de su Ejecutivo ante la guerra económica emprendida por Washington contra Teherán.
“El hecho de que después de tres años y medio de guerra económica, quienes han impuesto las sanciones reconozcan hoy su derrota, es una gran prueba de la victoria de la nación iraní y la eficaz gestión a la hora de contrarrestar esta guerra económica”, ha recalcado Rohani.
En este sentido, las autoridades iraníes han reiterado en varias ocasiones que, pese a las crueles e inhumanas sanciones de EE.UU. contra la República Islámica, que han acarreado problemas económicos para su población, el país continuará su desarrollo tanto científico y económico, como defensivo.
Es más, el mandatario iraní indicó el jueves que, ni la guerra económica, ni la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, lograrán frenar el avance del país persa, afirmando que “hemos inaugurado el 56.º dique del país. [...] Todo eso se ha realizado para decir al mundo que la guerra económica y el coronavirus no podrán disuadirnos de no trabajar para la prosperidad del querido Irán, aunque sí han ralentizado nuestro progreso”.
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