En un mensaje contradictorio a las leyes internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con atacar a los 52 sitios, entre ellos, culturales de Irán. Esto después de que Teherán prometió una venganza severa tras el asesinato del teniente general Qasem Soleimani.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha denunciado la amenaza. Dijo que la resolución 2347 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) condena los actos de destrucción del patrimonio cultural. Mientras tanto, el estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) y su base en el derecho internacional humanitario lo consideran un crimen de guerra.
El canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, volvió a denunciar la polémica declaración del presidente norteamericano. Escribió en su cuenta de Twitter que la fanfarronada de Trump sobre el patrimonio cultural constituye un crimen de guerra.
Las declaraciones de Trump además provocaron la ira de sus propios aliados. Su gran simpatizante, el senador republicano Lindsey Graham, afirmó haber advertido a Trump de que los sitios culturales y religiosos de Irán no son objetivos legales para ser atacados.
Dentro de su gabinete, se realizan intentos para suavizar su discurso antiraní. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, aseguró que el país actuará bajo la ley.
Irán es un país con un rico patrimonio natural, arqueológico, histórico y cultural. Por ello, la Unesco ha incluido en su lista de Patrimonio de la Humanidad un considerable número de lugares, cascos antiguos de ciudades y yacimientos arqueológicos.
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