Durante su visita, mantuvo reuniones con el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, y su homólogo iraní, Hasan Rohani, durante las cuales agradeció los apoyos de la República Islámica a su país en la lucha antiterrorista.
Las autoridades iraníes le acogieron con beneplácito, felicitándole la victoria de Damasco y la Resistencia tanto ante los extremistas takfiríes como ante los complots de ciertos países occidentales y regionales.
De acuerdo con los expertos, el viaje del jefe de Estado sirio a Irán constituyó un claro mensaje a amenazas de Estados Unidos y el régimen de Israel y demuestra los profundos lazos estratégicos que unen a Teherán y Damasco y su postura común frente al terrorismo y los complots de Washington en la región.
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