• Alireza Yahanguiri, el representante de Irán ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Publicada: viernes, 20 de abril de 2018 10:28

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) no debe convertirse en un instrumento en manos de ciertos países miembros, denuncia el representante de Irán ante la mencionada organización internacional, Alireza Yahanguiri.

En declaraciones pronunciadas el jueves durante la 59ª reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo de la OPAQ en La Haya (en Holanda), subrayó los deberes del organismo, como la única institución vigente para llevar a cabo las investigaciones sobre el uso de sustancias tóxicas en diferentes partes del mundo, incluyendo lo que ocurrió en la ciudad de Salisbury, en el sur del Reino Unido.

Durante el encuentro, celebrado a petición de Londres sobre el caso del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, ambos expuestos a un agente tóxico de uso militar en la mencionada ciudad británica, Yahanguiri alertó que la OPAQ  no debe ser instrumentalizada para satisfacer los objetivos políticos de ciertos países miembros.

Exigiendo a todas las partes involucradas a resolver el problema a través del diálogo y los mecanismos establecidos en las convenciones de las armas químicas de la institución internacional, enfatizó que cualquier decisión sobre los incidentes como Salisbury depende del estudio de la situación por la OPAQ y su informe final.

La conducta de ciertos países occidentales miembros de la OPAQ que recurrieron a acusaciones antes de publicarse los resultados de las investigaciones, no debe convertirse en una norma en la organización”, advirtió el representante de Irán ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Alireza Yahanguiri.

 

“La conducta de ciertos países occidentales miembros de la OPAQ que recurrieron a acusaciones antes de publicarse los resultados de las investigaciones, no debe convertirse en una norma en la organización”, advirtió el funcionario iraní.

La 59ª reunión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ que contaba con el pleno apoyo de los países occidentales al Reino Unido culminó sin conseguir ningún documento o decisión practicable.

El caso Skripal ha tensado aún más las relaciones entre el Occidente y Rusia. Londres acusó desde el principio a Rusia de haber realizado el ataque, aunque no ha presentado pruebas que lo demuestren. Moscú, que rechaza las acusaciones, denuncia que es un caso fabricado y en interés de las agencias de inteligencia británicas u otras.

Además, el Reino Unido y un gran número de países aliados expulsaron a diplomáticos rusos por este caso, lo que llevó a Rusia a responder de manera similar y expulsar al mismo número de diplomáticos de su país.

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