“Rechazo enérgicamente los actos violentos cometidos por grupos fujimoristas contra los/as hermanos/as que resisten en las afueras del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Las agresiones no representan a quienes creemos en la democracia. Solidaridad y justicia para las víctimas”, ha denunciado este viernes en su cuenta de Twitter.
Los partidarios de Castillo llevan acampando desde hace varios días frente a la sede del JNE para exigir el respeto de los resultados del balotaje del pasado 6 de junio que declararon, en un principio, como ganador al aspirante izquierdista.
Sin embargo, el organismo electoral sigue analizando denuncias presentadas por el partido Fuerza Popular, de la candidata derechista Keiko Fujimori, del posible fraude antes de declarar un vencedor de la segunda vuelta.
El tuit de Castillo vino después de que el periodista Jorge Mandio subiera en su propia cuenta varios videos en los que el grupo conocido como La Resistencia, partidario de Fujimori, interrumpió con palos, atacando a los simpatizantes de Perú Libre y rompiendo sus carteles en las fueras del JNE.
Con el conteo de votos al 100 %, según anunció el ente electoral el 15 de junio, Castillo obtuvo el 50,125 % de los votos, mientras que Fujimori recibió el 49,875 %, una diferencia de 44 058 sufragios.
Hace más de dos semanas, Fuerza Popular, presentó un montón de pedidos de nulidad de actas de votación —que contienen más de 200 000 votos pertenecientes a los pueblos indígenas—, a causa de un supuesto “fraude”.
No obstante, todas las misiones de observación electoral en Perú como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), así como expertos locales, rechazaron las acusaciones del Fujimorismo sobre las supuestas irregularidades.
La crisis política se agravó el miércoles 23 de junio, después de que el magistrado Luis Arce renunció al Pleno del JNE alegando parcialización en contra de Fujimori, dejando al órgano sin el quórum necesario momentáneamente para resolver la elección.
Perú, muy polarizado entre la derecha y la izquierda, vive durante más de dos semanas escenario de protestas de ambos rivales y cada vez más crece la incertidumbre en el país sudamericano.
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