Los ataques impactaron una cafetería, un colegio de refugiados, tiendas de campaña, viviendas, además de una sede perteneciente a una agencia de medios. Estos bombardeos en el centro y el norte de la Franja revivieron en los gazatíes el dolor de la muerte y la pérdida.
Estos ataques se produjeron, pese a la tregua vigente, acordada con mediación egipcia y catarí, lo que supone una clara violación del alto el fuego. Según la oficina de medios de Gaza, Israel ha incumplido el acuerdo más de cuarenta veces desde su entrada en vigor, mientras las autoridades israelíes justifican los bombardeos alegando supuestos ataques desde el interior de la Franja.
Organismos humanitarios denuncian que el cierre del paso de Rafah y la reanudación de los ataques agravan más la situación humanitaria. Hospitales saturados, falta de combustible y miles de familias desplazadas sin refugio vuelven a mostrar el costo civil de una tregua frágil y rota.
Desde Gaza, bajo una tregua convertida en papel mojado, la población vuelve a vivir el sonido de las explosiones, y el dolor de la muerte, reviviendo el miedo a un nuevo ataque. Una vez más, la paz prometida se desvanece entre los escombros y el humo.
Huda Hegazi, Gaza
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