“Este ataque cobarde refleja la mentalidad terrorista y fascista que rige a la ocupación sionista y a sus líderes, quienes utilizan todos los medios a su alcance para impedir que la ayuda llegue a Gaza y para silenciar las voces de la verdad”, ha afirmado el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) en un comunicado difundido este miércoles.
HAMAS ha subrayado que el asalto israelí en aguas internacionales “se suma al oscuro historial” de la ocupación contra activistas internacionales.
Asimismo, ha denunciado que se trata de “un acto de piratería y un nuevo crimen” que viola “flagrantemente los principios del Derecho Internacional y los Derechos Humanos”.
Además, el movimiento ha responsabilizado a Israel “de la vida y la seguridad de los activistas secuestrados” y ha instado a la comunidad internacional a adoptar “acciones inmediatas” para garantizar su liberación y “evitar que sean maltratados, como ocurrió con los miembros de la Flotilla Global Sumud”.
Por su parte, la Yihad Islámica Palestina ha condenado también el secuestro de las embarcaciones y ha destacado que “supone otra violación de todas las normas humanitarias y leyes internacionales”.
Además, ha criticado “el silencio de los gobiernos europeos ante los crímenes de la ocupación”.
El movimiento palestino ha lamentado “la incapacidad de las instituciones internacionales para procesar a los criminales de guerra de la ocupación, encabezados por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y sus ministros”, y ha advertido que esta impunidad “anima a la entidad sionista a continuar sus crímenes contra el pueblo palestino”.
La Flotilla Global Sumud, compuesta por unos 50 barcos con más de 500 activistas a bordo, fue interceptada en el mar Mediterráneo mientras transportaba ayuda humanitaria hacia Gaza, pocos días después del asalto israelí contra la primera flotilla del mismo nombre.
Según las autoridades gazatíes, la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza ha dejado hasta la fecha cerca de 67 183 palestinos muertos, entre ellos 460 fallecidos por hambre y desnutrición, mientras que el norte del enclave ha sido declarado zona de hambruna debido a la falta de acceso a la ayuda humanitaria.
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