Publicada: miércoles, 8 de octubre de 2025 14:00

Una oleada de manifestaciones, protestas y levantamientos sociales se han generado en algunas ciudades del mundo.

Se habla hoy que esas protestas están impulsadas por la denominación mediática de la generación Z, herederos de millenials y la generación X de la cual parece tomar el relevo terminológico y cronológico. Una generación Z que la terminología anglosajona denomina zoomers (1).

Enmarcados en lo que designan como nativos digitales ligados, desde su primer suspiro de vida fuera del vientre materno, a teclados, pantallas, tecnología, redes, internet.  Toda una inventiva sociológica que ignora, interesadamente, que cualquiera sea la letra del alfabeto que se le asigne a quienes protestan, la esencia es la misma: injusticias sociales, corrupción, iniquidades locales y globales. Un proceso donde las sociedades demandan, frente a la escasísima participación política y la hegemonía de potencias que dominan a gran parte de los gobiernos donde estas protestas s ehan dado, mayores espacios de decisión.

Sostengo que el denominar generación Z esa expresión social y no hablar de un amplio abanico de habitantes de los países en levantamientos, se minimiza la acción de rebeldía asignándoles una traza terminológica de desprecio, de tratar de presentar las reivindicaciones, entre ellas la de la población más joven, como demandas “juveniles” por tanto inmaduras, de personas que recién están conociendo la vida. Y eso, atizado por medios que no comunican ni informan, sino que se sitúan en el espacio de la manipulación y la desinformación, con líneas editoriales signadas por los dueños principales de esos mass media en el ámbito mundial.

En su enorme mayoría, esos medios, están ligados a fortunas estadounidenses en estrechísima simbiosis con la ideología sionista. A lo cual adicionamos a aquellas cadenas mediáticas que si bien son de dominio estatal como el caso de la BBC , Deutsche Welle de Alemania, RAI de Italia, entre otras, responde a la dinámica del poder hegemónico y eso implica una visión de mundo de mundo supremacista, racista, excluyente, hegemónica y arrogante, que escapa de asimilarlo al régimen genocida israelí, para engarzarse con las potencias occidentales, principalmente Estados Unidos y la troika europea conformada por Francia, Gran Bretaña y Alemania.

Lo descrito está secundado por ese patio trasero en que se ha convertido la vieja Europa y los cervatillos asiáticos como Japón, Taiwán, Corea del Sur, junto a la isla continente australiano y monarquías feudales como la de Marruecos en el Magreb, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Jordania en Asia occidental junto a la dictadura egipcia en el Mashrek africano.

Se nos dice que esas manifestaciones contra el poder corrupto en algunos países son impulsadas, principalmente por la mencionada "Generación Z" subrepticiamente presentadas como manifestaciones propias de sectores sociales “inmaduros” carentes de una visión más reposada. Así, al mismo tiempo que se les resta valor a sus demandas, se invisibiliza, en forma evidente, a otros sectores sociales que acompañan a esta juventud con motivaciones igualmente justas. Me refiero a jubilados, sindicatos, gremios públicos, estudiantes de diversos estamentos. Cesantes, organizaciones de ámbitos de todo el espectro social, que también participan activamente. Todos ellos, en defensa de los derechos conquistados y aquellos por adquirir.

Lo sintomático e interesante es que estas movilizaciones se dan en el marco de las protestas mundiales contra el genocidio, los crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos por el ente israelí contra el pueblo palestino, que ha sido el real impulsor para que millones de seres humanos, salgan a las calles para exigir un mundo distinto, donde esos crímenes cesen y sean castigados. Una motivación que, al amparo de la exigencia de justicia global, suman las propias reivindicaciones locales, generando un poder movilizador que puede ser imparable y donde esa generación Z cumple un papel catalizador, de mostrarse con enrome visión y alerta frente al peligro que presenta el sionismo y su aliado imperial.

Minimizar demandas

Los poderes hegemónicos y sus medios de manipulación y desinformación que, al mismo tiempo, son arrogantes, como bien los define y precisa el líder religioso iraní, Seyed Ali Jamenei no ahondan en las reivindicaciones sociales, no generan – porque es parte de su política editorial – una entrega en profundidad de aquello que genera la salida a las calles. Más bien se dedican a destacar nominaciones conceptuales y hechos irrelevantes.

Hablan y consignan a sectores poblacionales especificados por su edad, designar al sector motor movilizado como generación Z, escenificando una especie de ambiente circense, enfocándose en las banderas piratas enarboladas, obviando las exigencias de fondo que alientan a los ciudadanos de diversos países que evidentemente salen a la calle por legítimas demandas de una mejor vida.

Misma conducta observada en aquellas marchas de millones de hombres y mujeres, en gran parte del mundo, que enarbolan banderas palestinas que, reitero, demandan el fin del genocidio, juicio y castigo a los culpables, solidaridad plena con Palestina. Lienzos con llamado a que los gobiernos cesen de alimentar con dinero y armas, con apoyo político y diplomático a la bestia parda nazi sionista y que además acaben con la represión de aquellas sociedades que se echa a la calle para expresar toda su indignación frente al mayor genocidio que haya visto la historia de la humanidad en los últimos 80 años.

Un ejemplo evidente de esos poderes hegemónicos, que además de reprimir a su pobalción en demandas locales, se erige como férreo defensor de los crímenes del régimen nazi israelí, me refiero a la Alemania administrada por el filosionista Friedich Merz. Con un gobierno que responde a las manifestaciones del país teutón con golpes, castigos, con imágenes propias de una dictadura.

Un manifestante propalestino del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Humboldt de Berlín es retirado del edificio por la policía.

 

Millones de ciudadanos, incluso de países cuyos gobiernos son aliados estrechos de los genocidas que, alentados por su sentido de humanidad, unen a esas demandas, sus propias reivindicaciones sociales, políticas, educacionales, de trabajar por un mejor futuro. Por cambiar las desastrosas reglas del juego que sólo favorecen a las minorías hegemónicas. Existe una estrecha relación entre los sectores sociales que han saludo a la calle respecto de sus derechos conculcados por los regímenes corruptos, carentes de soberanía y de aquellos derechos violados al pueblo palestino. No es posible separar los gritos de justicia.

Cuando el énfasis comunicacional, interesadamente por supuesto, va encaminado a centrar el análisis en la denominación de aquellos que protestan (ponerles una letra del alfabeto) tan propio del esquema de mundo del espectáculo y de esa esa cultura estadounidense, con la política de Macdonalización del mundo en los aspectos políticos, culturales, mediáticos y que se intensifican con la política meramente transaccional del presidente estadounidense el multimillonario Donald Trump. Cuando sólo se consignan los paños coloridos que se elevan al cielo mostrando la imagen de una calavera pirata, se pretende con ello menguar las demandas sociales, restarles importancia. Banalizarlas.

Esconder la acción solidaria de millones de personas que, incluso en las capitales de aquellos países cuyos gobiernos son perritos lazarillo del sionismo exigen el fin del sionismo y su política genocida y al mismo tiempo elevar sus propias reivindicaciones por uan sociedad más justa. Estibadores, estudiantes, organizaciones de mujeres, sindicatos, jubilados, organizaciones de las más variadas aristas sociales, demostrando que la dignidad no se transa.

Humanidad, Ante Todo

Una sociedad de distintos matices, más o menos tecnologizados, con mayor o menor formación académicas, mayor o menor edad, pero todos ellos dotados de una oportuna conciencia de humanidad. Ni Millenials, ni X ni Z, seres humanos es lo que somos. Jóvenes y viejos, negros, blancos, árabes, anglosajones, latinos atraídos y seducidos en admiración por el ejemplo de lucha del pueblo palestino. Todo ello nos permite el ejercicio digno de sacudirse la modorra, la indolencia y salir a las calles a defender con el grito y las exigencias a ese pueblo valiente, cataliza. Todo ello mueve corazones y conciencia.

Quedarse en la anécdota, en el meme, en la banderita pirata, en sostener que los mueve la limitación de acceso a redes sociales y no la necesidad de cambios estructurales en sus países, es parte de la forma de enfrentar, por parte del poder dominante estos procesos de revueltas, estallidos, demandas sociales.

Es una conducta de desprecio a los objetivos de conformar un mundo mejor para aquellos que viven en condiciones mínimas de sobrevivencia. El asimilar que el cambio pasa por nuestras sociedades lleva a plantearse la necesidad de cambios en la gobernanza mundial, en la forma que nos relacionamos como países, en develar las desigualdades entre el sur global y los centros de poder económico, tecnológico, industrial y militar.

Centrar la información en la pañoleta piratas y no en las demandas legítimas de mayor participación política y social, la defensa de aquellos derechos económicos y sociales cada día más exiguos. La pretensión justa, necesaria de poner fin, de una vez, a los abusos y poderes hegemónicos y arrogantes.

Los gritos demandan mejores y más justos sistemas de pensiones, aunque ello eleve una pañoleta pirata. Fin de la corrupción estatal y empresarial. Fin de los abusos y poderes hegemónicos, fin del dominio de aquellos que pretender seguir con su política de dominio a cista de la vida de miles de millones de seres humanos, fundamentalmente del sur global. Trabajar por el mejoramiento de los servicios públicos que dejan a poblaciones enteras carenciadas de luz, agua e infraestructura básica. Enterrar y castigar el nepotismo y clientelismo.

Indignarse ante las alzas de productos básicos, impedir la eliminación de subsidios bajo el influjo ideológico de esta corriente nefasta denominada libertarios. Mejor educación y sistemas sanitarios, lucha contra la corrupción. Ampliaciones de jornadas laborales cuando el resto del mundo marcha para menos horas. Restricciones al uso de tecnologías de información.

Grecia, Perú, Nepal, Paraguay, Marruecos, Madagascar, Ecuador, Serbia. Son parte de ese listado de países cuyas poblaciones dicen basta y exigen avanzar hacia un cambio profundo, estructural. Hacerlo realidad. Reivindicaciones lógicas, justas, alejadas de falsas pretensiones.

En Marruecos, por ejemplo, la población sale para exigir, no sólo que la monarquía feudal que los rige deje los vínculos con el sionismo en apoyo al pueblo palestino. Sino que también emerge de la invisibilización y se erige gigante, fuerte, poderoso, en las calles para exigir la construcción de hospitales en lugar de estadios para un mundial que se organizará junto a Portugal y España para el año 2030 “menos estadios y más hospitales” gritan en las calles, como también en los estadios existentes se grita con fuerza “libertad a Palestina”. Una asociación interesante.

En el país magrebí las tasas de cesantía de la población entre los 15 y 29 años (9 millones de marroquíes que representa el 20 % de la pobalción total) alcanzan el 40% de cesantía y donde la muerte de 8 mujeres embarazadas en un hospital carenciado en la ciudad de Agadir hizo estallar la indignación develando la miserable realidad de una parte importante de la población de este país del norte africano.

Una monarquia que permite la muerte de sus mujeres e hijos, pero nada en miles de millones de dólares de fortunas personales originadas en la corrupción de su casta política y militar. Con un gobierno cuyo primer ministro Aziz Ajanuch (considerado el empresario más rico de Marruecos vinculado al sector del petróleo y el gas amigo íntimo del rey Mohamed VI) ha sido acusado de la apropiación de al menos 1.300 millones de euros.

Aziz Ajanuch jefe de Gobierno de Marruecos acusado por apropiarse de millonaria subvenciones.

 

En un hecho inédito en una monarquía totalitaria como la marroquí los manifestantes han dirigido sus demandas a la exigencia que el propio monarca defina en el marco de la propia constitución en su artículo 47 que genere un cambio de gobierno, para así aplicar el principio constitucional de responsabilidad relativo a la rendición de cuentas, así como la liberación de todos los "presos de conciencia" y de los detenidos en el marco de las protestas en el país.

Se ha solicitado la celebración de una sesión nacional pública de rendición de cuentas presidida por Mohamed VI, de tal manera que el gobierno se haga presente ante el pueblo para definir los cambios hacia “una nueva senda basada en la justicia social y la garantía de los derechos y libertades”. ¿Será posible? A mi entender eso significaría un duro golpe para esta monarquia que apelara más bien a la intensificación de la represión.

Una monarquia que, recordemos, es estrecha aliada del sionismo israelí y apoyada por Estados Unidos, que permiten y avalan la ocupación y colonización del territorio del pueblo saharaui en alianza con España y Francia. Entidades de este estilo que no dudan en oprimir a los pueblos son capaces de ejecutarlos sin pudor alguno contra su propia sociedad.

En Nepal se ha derribado un gobierno por corrupto con un levantamiento social que significó el incendio del Parlamento y otras instituciones públicas. Las nuevas autoridades anunciaron elecciones para marzo del 2026 en el marco de una crispación social que no termina.

En Serbia las movilizaciones exigen transparencia y no enterrar las investigaciones frente a hechos de corrupción que han significado destrucción y derrumbe de obras públicas, como fue la estación de trenes de Novi Sad (2) cuyo techo de hormigón se derrumbó ocasionado la muerte de trece personas y decenas de heridos producto de obras de mala calidad cuyo “ahorro” estaba destinado a esquilmar dinero para el pago de dinero corrupto para funcionarios públicos y empresas privadas. Un año de movilizaciones que tiene en ascuas a este país europeo con tomas de universidades, cierres de calles y exigencias a la casta política serbia de un viraje efectivo, concreto que de curso al cumplimiento de las demandas de mejoras sociales.

El mandatario serbio cada Aleksandar Vucic, cada día se ve más acorralado y generando nuevos frentes de conflicto, incluso con figuras deportivas como el tenista Novak Djokovic quien solidarizó con las demandas de la población siendo catalogado de traidor por el gobierno serbio.

En Perú los movilizados exigen respeto a los derechos humanos, la renuncia de la cada día más impopular presidenta Dina Boluarte y generar un sistema de pensiones que favorezca a la cada día más creciente población en edad de jubilar. Como también, el fin de un ajuste económico que afecta principalmente a los más desposeídos y a la población joven el país que constituye cerca del 27% de la población total (personas entre los 15 a los 29 años de un total de 34.5 millones de habitantes).  Los jóvenes que han salido a la calle han contado con el apoyo de sindicatos como el gremio de transportistas urbanos y la Confederación general de Trabajadores del Perú (CGTP).

El país andino vive nuevamente una crisis política de proporciones que, refuerza aquello que desde el año 1990 lo tiene con un deshonroso título como el país cuyos mandatarios, todos, sin excepción han enfrentado a la justicia por problemas de corrupción, juicios políticos incluso poniendo fin anticipadamente a sus gobiernos. La propia Dina Boluarte llegó al Palacio de Pizarro el 7 de diciembre del 2022 tras la destitución de Pedro Castillo (3).

Protestas en Perú.

 

El mundo y sus sociedades Eppur Si Muove (y sin embargo se mueve) parafraseando al científico italiano Galileo Galilei. Un mundo con generación Z, jubilados, hombres, mujeres, jóvenes y viejos. Maestros y estudiantes, trabajadores y cesantes se agita, revuelve, alborota, revoluciona en función de crear mejores condiciones para miles de millones de seres humanos que están al margen de ese desarrollo tan cacareado por aquellas potencias que en base a la explotación de gran parte del planeta, secundado por gobiernos genuflexos, hablan de un mundo mejor para unos pocos y un infierno para un porcentaje importante de quienes habitamos este mundo.

Es esa parte del mundo, esos hombres y mujeres que se vuelcan a la calle por sus derechos, por su autodeterminación, por su libertad, tienen en el recuerdo esas palabras de un enorme revolucionario en plena lucha de su país contra el mismo poder arrogante que somete al mundo a sus crímenes. Esto, a pesar del oportunismo político que los hace renegar de conceptos básicos de dignidad uy soberanía bajo el influjo de ambiciones políticas vacías de contenido.

Sostuvo el fallecido comandante Fidel Castro Ruz, una mañana de febrero del año 962 tras la invasión estadounidenses y contrarrevolucionarios en Playa Girón, palabras que resuenan con plena vigencia 63 años después “esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar.  Y su marcha de gigantes ya no se detendrá, hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente…ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia” (4) Así sea en Palestina, El Líbano el Sáhara Occidental o en cualquiera d ellos países cuyas sociedades se levantan en su propia marcha de gigantes.

 

Pablo Jofré Leal

Periodista. Analista Internacional

Articulo Para HispanTV.


  1. Apodo que vincula la denominación de generación Z con Boomer, también un anglicismo cuya derivado de baby boomer que representa una generación nacida tras el find e la segunda Guerra Mundial hasta mediados de los años 60 del siglo XX, producto de un aumento notorio de las tasas de natalidad (boom) de ahí el concepto de boomer.  Una generación que sucedió a la denominada generación silenciosa (nacidos entre 1928 y 1945) y que precede a la generación X que representa a los nacidos entre los años 1965 y 1981). Equivale a anticuado, poco moderno, alejado de los adelantos tecnológicos o fuera de las ideas jóvenes imperantes. 
  2. https://es.euronews.com/2024/11/01/al-menos-ocho-muertos-por-el-derrumbe-del-tejado-de-una-estacion-de-tren-en-serbia
  3. https://radio.uchile.cl/2025/10/03/las-protestas-de-la-generacion-z-ponen-contra-las-cuerdas-al-gobierno-de-dina-boluarte/
  4. Palabras del comandante Fidel Castro Ruz. Segunda Declaración de La Habana. 4 de febrero 1962.