La Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha rechazado este martes el plan israelí para distribuir ayuda en Gaza, calificándolo de incompatible con los principios humanitarios internacionales.
“No aceptamos una propuesta y un plan que no cumplan con los principios humanitarios fundamentales de imparcialidad, neutralidad y entrega independiente de ayuda”, ha declarado el portavoz del organismo de ONU, Jens Laerke, en una rueda de prensa en Ginebra.
De acuerdo con Laerke, la propuesta israelí presentada ante la ONU y las ONG encargadas de distribuir ayuda humanitaria, parece “un intento deliberado de instrumentalizar el suministro” y una práctica contra la que la OCHA lleva tiempo advirtiendo.
Al subrayar que cualquier ayuda “debe entregarse únicamente con base en criterios humanitarios y según las necesidades de la población”, ha rechazado cualquier condicionamiento político o militar.
En esta misma línea, el portavoz de la OCHA ha criticado firmemente que las autoridades israelíes pretenden “acabar con el sistema de ayuda existente”, respaldado durante años por decenas de organizaciones humanitarias.
También, ha hecho hincapié en que el régimen sionista exige canalizar toda la asistencia a través de su propio sistema, en lugar de fortalecer la respuesta coordinada. “Esto parece una maniobra más para controlar y restringir el flujo de ayuda a la población gazatí”, ha calificado.
Desesperación y hambre extrema
“Lo que reportan nuestros compañeros en terreno es alarmante: ya distribuyeron toda la ayuda disponible y no queda nada. Hay personas rebuscando entre la basura algo para comer”, ha relatado con crudeza el portavoz.
Este testimonio confirma el colapso humanitario deliberado que sufre Gaza, donde el régimen de Tel Aviv no solo bloquea la ayuda internacional, sino que pretende erigirse como único gestor de una asistencia que, hasta ahora, llega a cuentagotas.
“Hay una desesperante necesidad de que la comida entre (en la Franja de Gaza), pero en lugar de eso (los gazatíes) reciben bombas, en lugar de agua reciben bombas, en lugar de ayuda sanitaria reciben bombas, así que por supuesto que hay que reanudar la ayuda a través de la frontera y tenemos suministros listos para entrar en Gaza”, ha enfatizado.
El genocidio israelí en curso provoca un panorama cada vez más precario para la población de Gaza, que ha perdido desde octubre de 2023 cerca de 52 535 personas debido a los ataques de las fuerzas sionistas.
De igual manera, una cifra superior a los 118 491 palestinos ha resultado heridos. Y ahora, el pueblo gazatí enfrenta una amenaza aún mayor: una hambruna inminente que podría causar la muerte de la población entera, siendo los grupos más vulnerables —los niños y los ancianos—.
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