El informe del rotativo estadounidense The New York Tmes, publicado este jueves, asegura que inmediatamente después de la operación ‘Tormenta Al-Aqsa’ el 7 de octubre, lanzada por la resistencia palestina, el ejército israelí autorizó a oficiales de nivel medio a dar órdenes de atacar objetivos que podrían matar hasta 20 civiles.
Además, la fuente indica que el número de civiles mártires en muchos de los ataques del régimen sionista en diversas partes de la Franja de Gaza superó con creces los 20, y en algunos casos fue varias veces mayor.
De acuerdo al medio, las órdenes del régimen fueron emitidas para que los comandantes israelíes pudieran incluso atacar a los comandantes del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) mientras se reunían con sus familias.
Los medios estadounidenses señalan que dicho informe se fundamentó en entrevistas con más de 100 soldados y oficiales militares, incluidas más de 25 personas involucradas en la selección de objetivos.
El año pasado, un informe de investigación en una revista en inglés publicado por un grupo de periodistas israelíes y palestinos reveló cómo el régimen sionista utiliza inteligencia artificial para atacar a civiles.
La revista +972, que produce informes de investigación y en profundidad sobre cuestiones relacionadas con Israel y Palestina desde 2010, escribió en un estudio publicado en diciembre pasado que el ejército israelí había seguido una política de aumentar el número de objetivos civiles. Además, se han disminuido las restricciones a los ataques a civiles.
New York Times indica que estas investigaciones muestran que la introducción de tal política contribuyó a una de las operaciones militares israelíes más brutales contra los palestinos desde el Día de la Tribulación Palestina (Día de la Nakba) en 1948.
Además, tales estudios se basaron en declaraciones de testigos oculares palestinos, datos y documentos disponibles en la Franja de Gaza y testimonios de las autoridades israelíes. En la guerra actual, conocida como “operación Espada de Hierro”, el régimen israelí ha situado la mayoría de sus objetivos en zonas que no son de naturaleza militar.
Estos objetivos incluyen viviendas privadas, edificios públicos, infraestructuras y edificios de gran altura. Fuentes informadas que tuvieron experiencia directa de los bombardeos de Gaza comentaron a la revista +972 que el objetivo principal de los ataques a estos sitios era dañar a la sociedad civil palestina: es decir, crear disturbios que tendrían graves consecuencias y “obligar a la población civil a presionar a HAMAS”.
Varias fuentes, que prefirieron permanecer en el anonimato, afirmaron que el ejército israelí tiene información sobre un gran número de posibles objetivos en Gaza y, sobre esta base, ya tiene hipótesis sobre cuántas personas morirían como resultado de un ataque a un objetivo específico.
“Las ejecuciones y los números han sido calculados y las unidades de inteligencia del ejército israelí lo saben de antemano, e incluso poco antes del ataque están seguros de cuántos civiles van a morir”, reveló la revista +972.
En un caso específico discutido por una fuente, los comandantes del ejército israelí autorizaron un ataque para matar a un alto comandante militar de HAMAS.
Una de estas fuentes declaró: Nada sucede por casualidad. Cuando una niña de tres años es asesinada en una casa de Gaza es porque alguien del ejército decidió que su muerte no era gran cosa. Sus vidas son el precio que se debe pagar para que Israel apunte a alguna parte. Todo sucede a propósito.
Después de casi 15 meses de ataques en Gaza, la entidad sionista no ha logrado alcanzar sus objetivos declarados de eliminar a HAMAS y liberar a los cautivos, a pesar de haber matado a más de 45 400 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y herido a más de 107 940 personas más.
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