El repliegue se produjo apenas unas horas después de que el premier israelí, Benyamin Netanyahu, justificara ataques contra zonas civiles para erradicar lo que llamó, el terrorismo en la zona.
El Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, no obstante, afirmó que esta razón no justifica violaciones a los estándares básicos del Derecho Internacional.
La violencia según este ente internacional, genera más violencia. En una respuesta inicial a las atrocidades israelíes, la Resistencia palestina organizó una operación antisionista en Tel Aviv, en la que al menos 10 colonos resultaron heridos.
Los refugiados palestinos en Jordania también salieron a las calles para denunciar la operación israelí en Yenín, considerada la capital de la Resistencia.
En una reacción desde Ramalá, se anunció la suspensión de todos los contactos y colaboración en materia de seguridad con Israel.
Diferentes países, desde Irán hasta Cuba, a su vez, condenaron enérgicamente la agresión israelí, reiterando que este tipo de actos constituyen una amenaza a la estabilidad y la paz.
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