A principios de septiembre, seis encarcelados palestinos hacinados en la prisión de Gilboa, un centro penitenciario de máxima seguridad del régimen israelí, lograron fugarse, aunque posteriormente fueron recapturados.
El abogado Jaled Mahayne, miembro del equipo de defensa de los prisioneros, alertó el jueves que los aludidos palestinos viven condiciones “muy duras e inhumanas”.
“No saben la hora. No saben si es de día o de noche. Y están sujetos a continuos interrogatorios por parte de los agentes de inteligencia israelíes”, explicó el abogado, agregando que, además, los presos “no han podido cambiarse de ropa desde el momento de su recaptura y están recluidos en régimen de aislamiento”.
Ya con anterioridad, el testimonio de los abogados de los presos indicaba que las fuerzas israelíes los agredieron con dureza desde el momento de la detención, provocándoles múltiples lesiones corporales, lo que obligó a la hospitalización de algunos de ellos, debido a la difícil condición por el uso de violencia injustificada y los delitos de tortura en su contra.
El régimen de Israel ha adoptado nuevas medidas contra los prisioneros palestinos, tras la fuga de los referidos seis presos de Gilboa, la llamada ‘caja fuerte por su presunta inviolabilidad.
Entretanto, los encarcelados palestinos siguen realizando huelgas de hambre para exigir el fin de los maltratos, las reubicaciones y la política de detenciones administrativas del régimen de ocupación.
Asimismo, un total de 199 organizaciones pro derechos humanos tanto palestinas como de otras naciones han llamado a la formación de un comité de investigación internacional independiente, imparcial y honesto con el objetivo de investigar de inmediato las condiciones de los seis presos palestinos recapturados.
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