Según ha informado este domingo la página web Middle East Monitor (MEM), un bebé palestino de 18 meses murió el viernes debido a daños causados por la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por fuerzas israelíes contra manifestantes palestinos.
Hace dos meses Abdulrahman Barghouti, el mencionado bebé, resultó gravemente herido después de que las fuerzas israelíes presentes en la zona para reprimir a los manifestantes que participaban en las protestas que tenían lugar en Ramalá, en apoyo a la masiva huelga de hambre de los presos palestinos, comenzaron a lanzar gases lacrimógenos en las casas.
La familia del bebé fallecido denuncia que los soldados israelíes impidieron la llegada de ambulancias de la Media Luna Roja Palestina a la casa de los Barghouti y los médicos tuvieron que llegar a dicha casa andando, por lo que llegaron tarde.
Del mismo modo los médicos tuvieron que llevar a Abdulrahman de vuelta andando hasta la ambulancia y tuvieron que caminar unos 30 minutos antes de llegar a su ambulancia ya que las fuerzas israelíes aún no les dejaban pasar a los servicios de salud palestinos.
Debido a la gravedad de sus lesiones, el bebé fue hospitalizado durante dos meses pero no pudo salvarse y murió a causa de las lesiones resultantes de la inhalación de los gases lacrimógenos. Ha habido otros casos similares de muertes de menores y bebés a manos de las fuerzas israelíes.
Ya con Abdulrahman la cifra de los palestinos asesinados por las fuerzas israelíes desde el principio de 2017 asciende a 36, mientras que no hay registros concretos que proporcionen los datos sobre los heridos a causa de la represión israelí.
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