Los militares israelíes, desplegados en un puesto de control en Qalandiya, en el centro de la ocupada Cisjordania, abrieron fuego el martes contra un palestino de 23 años, identificado como Bahaa al-Hirbawi, y lo mataron.
Las fuerzas de guerra israelíes sostienen que el palestino pretendía apuñalar a los militares instalados en el puesto, si bien al mismo tiempo reconocen que ninguno de los agentes israelíes ha sido atacado.
Según fuentes palestinas, unos 30 palestinos han muerto a manos de las fuerzas de ocupación israelíes desde el inicio de 2017 con la misma excusa. Las tensiones han ido en aumento en los territorios ocupados desde el 2015, con el anuncio de restricciones a la entrada de la Mezquita Al-Aqsa, centro sagrado para los musulmanes.
El régimen de Tel Aviv se esfuerza por cambiar la composición demográfica de Al-Quds (Jerusalén) y judaizarla con medidas como la construcción de asentamientos, la destrucción de lugares históricos y la expulsión de la población autóctona palestina.
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