Todo parece indicar que el régimen de Israel no ha asumido ni asumirá la responsabilidad del asesinato, acaecido el viernes, de Mazen Fuqaha, un alto cargo del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), en plena calle del barrio de Tel al-Hawa, en el sur de la ciudad de Gaza, por disparos de sicarios con pistolas con silenciador.
No obstante, el régimen de Tel Aviv ahora teme un ataque de represalia por el asesinato de Fuqaha. En el funeral multitudinario que se celebró el sábado en la ciudad de Gaza por Fuqaha, miles de palestinos pidieron: “¡Venganza, venganza!”.
Este asesinato (de Mazen Fuqaha, un alto cargo de HAMAS) tiene la marca clara del Mossad (servicio secreto israelí)”, indicó el fiscal general de Franja de Gaza, Ismail Jaber.
Las Brigadas de Ezzedin al-Qassam, brazo armado de HAMAS, advirtieron que “saben cómo actuar con este tipo de crímenes” y que la sangre de Fuqaha no se habrá derramado “en vano”. Por su parte, Ismail Hanie, un alto dirigente de HAMAS, aseguró que los palestinos seguirán, con mayor ímpetu, resistiendo ante la ocupación israelí.
Tanto el padre de Fuqaha como el fiscal general de la Franja de Gaza y HAMAS señalan al régimen de Tel Aviv como el autor directo de la matanza.
“Este asesinato tiene la marca clara del Mossad (servicio secreto israelí)”, indicó el fiscal general gazatí, Ismail Jaber, coincidiendo con Husam Badran, un portavoz de HAMAS, que sostuvo que el único que se beneficia con la muerte de Fuqaha es Israel.
Se trata de la muerte de uno de los exreclusos puestos en libertad en 2011 en el intercambio de presos que Israel pactó con el movimiento palestino.
El exjefe de la inteligencia militar del régimen de Israel Amos Yadlin advirtió el sábado de que el asesinato del comandante de HAMAS podría encender la llama de una nueva guerra con la Resistencia palestina.
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