Publicada: sábado, 9 de agosto de 2025 13:03

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional es clave en la política de Irán, garantizando su autonomía, estabilidad y adaptación ante desafíos internos y externos.

Por: Xavier Villar 

El Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN) constituye uno de los órganos más centrales y estratégicos de la política y gobernanza iraní. Su creación y desarrollo reflejan la adaptación institucional del Estado iraní para enfrentar los retos internos y externos, y mantener la autonomía y estabilidad en un entorno marcado históricamente por tensiones regionales y presiones internacionales.

Origen, Historia y Marco Constitucional

El CSSN fue establecido en 1989 por el artículo 176 de la Constitución Islámica de Irán y tiene sus raíces en los desafíos acumulados durante la guerra Irán-Irak (1980–1988), un conflicto que supuso no solo una prueba militar, sino también organizativa y política para el joven Estado revolucionario. Este contexto obligó a las autoridades iraníes a crear un mecanismo capaz de coordinar la defensa nacional, la seguridad y la gestión de crisis ante amenazas complejas y persistentes.

Conforme a la Constitución, el CSSN es el órgano supremo para la formulación y supervisión de la política nacional de seguridad y defensa, con la misión de proteger los intereses vitales de la revolución y la integridad territorial iraní. Su composición es amplia y robusta: integra los principales dirigentes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, ministros clave como Defensa, Inteligencia, Interior y Exteriores, junto a altos mandos militares y delegados directos del Líder Supremo. Este último, como máxima autoridad política, ocupa un papel decisivo en la orientación estratégica del Consejo.

Esta configuración refleja la intención iraní de equilibrar diferentes centros de poder dentro del Estado: militar, político, religioso y tecnocrático. El resultado es una arquitectura institucional capaz de adaptarse y evitar fracturas internas críticas, dotando al sistema de una cohesión y flexibilidad que han sido vitales para su resiliencia frente a sanciones, crisis y conflictos militares.

Funciones y rol estratégico

En la práctica, el CSSN no es un órgano estático ni limitado a la mera gestión técnica. Cumple un papel crucial como espacio de deliberación estratégica y laboratorio político, calibrando constantemente las “líneas rojas” que definen la soberanía nacional, la defensa, la seguridad interna y el rango de proyección regional de Irán. Es aquí donde se diseñan las respuestas estatales ante la inestabilidad en el Golfo Pérsico, las amenazas tecnológicas, la presión internacional o los retos sociales y económicos.

Una muestra de esta flexibilidad institucional es la reciente aprobación del Consejo de Defensa Nacional como órgano subsidiario del CSSN. Su función es revisar y fortalecer de manera centralizada los planes de defensa y las capacidades militares ante nuevos escenarios de guerra híbrida, ciberseguridad y modernización tecnológica, reflejando la capacidad del Estado para adaptar sus estructuras ante la evolución de las amenazas.

El CSSN ha sido también un espacio donde se negocian respuestas rápidas frente a situaciones críticas, preservando la autonomía decisoria del Estado iraní y evitando dependencias externas que pudieran comprometer la coherencia y continuidad del sistema.

Una institución resiliente y dinámica

La resiliencia institucional del CSSN debe entenderse como una sofisticada forma de adaptabilidad. Lejos de debilitar el sistema, este diseño multipolar fortalece la capacidad iraní para responder a ciclos de presión y sanciones, conflictos con potencias regionales y globales, y crisis tecnológicas o sociales. La arquitectura colegiada que integra actores militares, políticos, religiosos y tecnocráticos ha demostrado eficacia en la gestión de crisis y el mantenimiento de la soberanía y estabilidad nacionales

Más allá de las lecturas simplistas que dominan la percepción externa sobre la política iraní, el CSSN encarna la voluntad estatal de mantener autonomía estratégica y capacidad de coordinación en escenarios de alta exigencia. El Estado iraní ha convertido este espacio en un foro de negociación permanente, donde los elementos fundacionales de la revolución islámica conviven y se equilibran con necesidades pragmáticas propias de la administración contemporánea.

Ali Lariyani, liderazgo estratégico en el CSSN

En este contexto, la reciente designación de Ali Lariyani como secretario general del CSSN adquiere una relevancia particular. Lariyani, reconocido por su trayectoria como negociador nuclear y presidente parlamentario, ha sido nombrado en agosto de 2025 para enfrentar el nuevo ciclo de desafíos tras el conflicto de los Doce Días con Israel. El decreto presidencial subraya la necesidad de un liderazgo experimentado para supervisar prudentemente la gestión de crisis, fortalecer la sinergia entre instituciones y anticipar las amenazas emergentes, sobre todo en el ámbito tecnológico y militar.

Lariyani es valorado institucionalmente por su capacidad de gestión, su visión estratégica y su aptitud para coordinar políticas en las áreas más sensibles del Estado iraní. Bajo su dirección, el CSSN está llamado a desempeñar un papel crucial en la consolidación de la cohesión interna, la protección de la soberanía nacional y la articulación de respuestas integradas ante dinámicas internacionales cambiantes.

Este nombramiento no es un simple relevo administrativo. Representa, dentro del sistema político iraní, una apuesta por la profesionalización y la eficacia en tiempos en los que el entorno regional y global exige una coordinación y adaptación permanentes. La supervisión de Lariyani sobre el nuevo Consejo de Defensa y el aparato de seguridad subraya la voluntad del Estado de fortalecer su capacidad de reacción, centralizar planes estratégicos y garantizar su continuidad institucional ante eventuales ciclos de confrontación.

El CSSN como eje de la autonomía política iraní

Comprender el papel del CSSN es fundamental para analizar la dinámica política en Irán con mayor profundidad. El Consejo no solo actúa como gestor de crisis o espacio consultivo, sino como columna vertebral del sistema de seguridad y defensa nacional. Su función abarca la articulación de la política exterior y la defensa, garantizando que la soberanía nacional se preserve frente a los intentos de imposición externa y manipulación interna. En un entorno internacional marcado por fluctuaciones, sanciones y antagonismo, el CSSN representa la voluntad iraní de mantener la autonomía estratégica y la cohesión estatal.

El diseño estratégico y la capacidad evolutiva del CSSN otorgan al sistema iraní una fortaleza singular, poco comprendida desde fuera. La combinación de firmeza ideológica y pragmatismo político ha sido efectiva frente a ciclos de crisis y sanciones, permitiendo a Irán mantener la cohesión del Estado y su capacidad operativa incluso en los momentos más críticos.

Conclusión

En suma, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán se confirma como una institución fundamental para la estabilidad y el desarrollo estratégico del país. Su historia, estructura y funcionamiento reflejan el esfuerzo por armonizar los principios fundacionales de la revolución con una administración flexible, capaz de adaptarse y reinventarse ante los desafíos contemporáneos.

La designación de Ali Lariyani, con su experiencia y reconocimiento institucional, refuerza la apuesta iraní por un modelo de gestión eficiente, coordinada y centrada en la protección de la soberanía y la continuidad estatal. Más allá de la percepción externa y de las simplificaciones político-mediáticas, el CSSN encarna la lógica profunda de un Estado que prioriza la autonomía, la resiliencia y la adaptabilidad en un entorno global cada vez más exigente.

Irán, a través de su CSSN, proyecta un modelo en el que la cohesión interna, la capacidad de respuesta estratégica y la profesionalización del liderazgo son elementos centrales para afrontar los retos presentes y futuros. Así, el CSSN se sitúa como núcleo vital de la soberanía nacional, y como ejemplo de gobernanza institucional en un sistema sometido a constantes desafíos, sostenido sobre la firme voluntad de preservar autonomía y estabilidad.