Según un informe publicado la semana pasada por el Ministerio de Comercio e Industria de la India, el gobierno de Nueva Delhi procedió a la importación de un cargamento de crudo iraní valorado en 111 millones de dólares; la operación se habría realizado con conocimiento de que se iban a restablecer las sanciones antiraníes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), informan medios iraníes.
En este sentido, el miembro de la Comisión de Energía del Parlamento iraní, Reza Sepahvand, confirmó también el sábado que India había solicitado formalmente comprar petróleo a Teherán. El representante estimó un volumen potencial de alrededor de 10 millones de barriles anuales, aunque la cifra exacta no fue divulgada.
Las estadísticas oficiales indias detallan que, entre enero y julio de 2025, las compras de productos petrolíferos iraníes alcanzaron los 94 millones de dólares. Esto eleva el total de importaciones de crudo y derivados desde Irán a 205 millones de dólares en ese periodo.
Este movimiento sitúa a la India como un nuevo cliente del petróleo iraní, en un contexto de esfuerzos estadounidenses por estrangular las exportaciones energéticas de Teherán. La medida evidencia las complejas dinámicas geopolíticas y energéticas en la región.
La revista Bloomberg informó hace dos semanas que funcionarios indios informaron a la Administración estadounidense que solo podrían reducir significativamente las importaciones de petróleo de Rusia si Washington permitía las compras a otros productores sancionados, concretamente Irán y Venezuela. Representantes indios argumentaron que cortar el suministro de los tres países simultáneamente provocaría un aumento repentino de los precios mundiales, ya que casi el 90 % de las necesidades de petróleo de la India se cubren con importaciones.
India suspendió las compras de crudo a Teherán en 2018, después de que Washington se retirara del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015, conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) y terminara las exenciones de sanciones que permitían ventas limitadas de petróleo iraní.
La reanudación de las compras se produce a pesar de las declaraciones de funcionarios estadounidenses a principios de este año. En abril, el secretario de Energía, Chris Wright, declaró: “Podemos detener las exportaciones de petróleo de Irán”, mientras que el secretario del Tesoro dijo en febrero que Washington pretendía reducir las exportaciones iraníes a solo 100 000 barriles por día.
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