Durante su discurso de este miércoles ante el Parlamento, Essid ha asegurado que están convencidos de que los terroristas intentan urdir complots a fin de perturbar la estabilidad de Túnez, llevar a cabo matanzas contra su población y dañar la economía.
Asimismo ha afirmado que la declaración del estado de emergencia en el país "era una necesidad", debido a las amenazas terroristas existentes.
Sin embargo, ha subrayado que el estado de emergencia no debe limitar la libertad personal, que se ha estipulado en la Constitución del país.
El Gobierno "tiene en cuenta las inquietudes sobre una posible merma en materia de libertades", ha dicho Essid al asegurar que "el estado de emergencia no las pone en peligro".
De igual manera, tras sostener que la medida "dará a los cuerpos de seguridad más medios para combatir el terrorismo", recalcó que "se tomó tras varias consultas con los partidos políticos y las organizaciones nacionales".
El pasado 4 de julio, el presidente tunecino, Beyi Caid Essebsi, decretó el estado de emergencia en todo el país, después de que, el 26 de junio, el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) atacara el hotel Imperial Marhaba, en la turística ciudad de Susa (este de Túnez), un atentado que dejó 38 muertos, en su mayoría turistas extranjeros.

En este sentido, el Gobierno tunecino ha iniciado la construcción de una pared en la frontera con Libia para protegerse contra el grupo terrorista EIIL.
Túnez se encuentra en estado de alerta desde el pasado 18 de marzo, cuando un grupo de hombres armados atacó el museo del Bardo. El ataque segó la vida de al menos 19 personas, entre ellas 17 turistas extranjeros. El grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) reivindicó la autoría al día siguiente.
Tras el atentado contra el museo, el estratégico sector turístico registró muy malos resultados en abril, con una caída del 25,7 % del número de turistas y del 26,3 % de los ingresos respecto al año anterior.
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