Para los manifestantes que se reunieron frente a la Embajada de Arabia Saudí, la intervención militar saudí en Yemen y la masacre de su gente inocente, contradice las enseñanzas del Islam y convierte a Riad en un “esclavo y un títere de las grandes potencias”.
En Kuala Lumpur, capital de Malasia, centenares de musulmanes -mujeres y hombres- salieron a las calles después de celebrar el rezo del viernes para repudiar la reciente intervención castrense de la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen, y exigieron el cese inmediato de dichos ataques que se han saldado con cientos de personas muertas, la mayoría civiles.
Para los manifestantes que se reunieron frente a la embajada de Arabia Saudí, la intervención militar saudí en Yemen y la masacre de su gente inocente, contradice las enseñanzas del Islam y convierte a Riad en un “esclavo y un títere de las grandes potencias”.

Los indignados malasios acusaron a los círculos internacionales, como las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), de “indiferencia y silencio” hacia la matanza de civiles en Yemen, e instaron a dichos organismos a contribuir en hallar una solución política a la actual crisis que azota a Yemen.
Nueva Delhi, capital india, también fue escenario el viernes de una masiva marcha de protesta, donde los indignados musulmanes encendieron velas en rechazo a la muerte de gente inocente en Yemen durante los ataques aéreos de Arabia Saudí.
En su declaración final leída por los organizadores de la marcha, se pidió el cese inmediato de la agresión saudí en Yemen y subraya que “el único ganador de estos ataques contra la nación musulmana de Yemen, son EE. UU. y el régimen de Israel”.
Arabia Saudí y sus aliados, con la luz verde de EE. UU., iniciaron desde el 26 de marzo ataques aéreos contra Yemen para tratar de restituir al dimitido presidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi.
Según el Ministerio yemení de Sanidad, desde el inicio de la ofensiva al menos 139 personas han muerto y otras 239 han resultado heridas solamente en las provincias norteñas de Saada y Hayyah.
Hasta el momento, ninguna fuente oficial yemení ha proporcionado datos sobre el número exacto de las víctimas mortales en todo el país.
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