La oenegé, en un informe, publicado este lunes por el diario galo Le Figaro, analiza la violencia policial en el país europeo durante los últimos 10 años y hace público que cada mes se registra una muerte en las operaciones de las fuerzas de seguridad.
“Como parte de las misiones de la Policía y la Gendarmería (policía militarizada), el uso de la fuerza solo es legítima siempre que se respeten los principios de necesidad y proporcionalidad”, denuncia ACAT.
Como parte de las misiones de la Policía y la Gendarmería (policía militarizada), el uso de la fuerza sólo es legítimo siempre que se respeten los principios de necesidad y proporcionalidad”, denuncia el informe de Acción de Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT).
Criticando la falta de la transparencia en las estadísticas elaboradas sobre el número de víctimas de la violencia de la Policía o el número de quejas, sostiene que los datos publicados por algunos informes oficiales aparecen minimizados en gran parte.
ACAT también alerta de los daños causados por el uso de diferentes armas, por ejemplo: flash-ball y la pistola eléctrica o Taser.
“Desde el año 2005, al menos 39 personas han resultado gravemente heridas y un hombre ha muerto por los disparos”, reza el informe.
La ONG denuncia que en más del 90 % de los casos estudiados, los agentes de las fuerzas de seguridad no fueron condenados.
Al final, Acat solicita la creación de un órgano de investigación independiente y la publicación anual de las cifras sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y los gendarmes.
En octubre, decenas de franceses celebraron manifestaciones para protestar contra las armas utilizadas por la Policía en el país y condenaron la muerte de Rémi Fraisse, un joven activista ecologista, que falleció en un caso de violencia policial.
Rémi Fraisse, de 21 años de edad y estudiante de Ciencias Ambientales, resultó muerto en octubre de 2014 debido a un disparo policial durante una movilización ecologista contra un pantano en Sivens.
msm/nii/
